única parte.

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"Esa noche en la que caminamos juntos".

Era al rededor de las 6 de la tarde que empezó a llover mientras corría en las calles; no tenía las ganas de llegar a casa, a pesar de eso, todo me recuerda a ti, aunque lo quisiera evitar y no quiera llegar solo para no sentir el olor de tu perfume.

Seguí corriendo, aunque me tropecé un par de veces por la acera mojada y mis zapatos de correr. Quería ocultar aquel dolor. Sólo lo quería hacer.

Mantenía la cabeza gacha, con mi reproductor de música dentro del pantalón y procurando que mis audifonos no se mojaran, teniendo la capucha de mi abrigo puesta, conocía estas calles, las caminé, corrí y jugué contigo.

Aún así, te fuiste.

¿Recuerdas cuando te conocí? Fue realmente gracioso, tus amigos estaban realmente borrachos, tu solo bebiste agua y te burlabas de ellos por lo idiota que se veían de esa manera. Me viste y sonreíste, me emocioné, eras hermoso, de verdad lo eras.

Esa noche hablamos, me acompañaste a casa solo porque decías que era menor que tú, sólo porque decías que chicos como yo no debían estar en un bar.

Aún conservo la servilleta donde escribiste tu nombre y número, solo que la escondí bien para que nunca preguntaras por ella o me dijeras que era raro por mantener algo de hace dos años.

"Maldición" Fue lo único que pude decir al empezar a llorar, la lluvia disminuía, pero sentía las gotas en mi rostro por un corazón roto.

Desaceleré, mientras daba algunos pequeños pasos terminando de frenar en frente de un poste de luz y un banco, sentandome en este, dejando que la luz de la luna y el poste me acariciaran suavemente junto con la lluvia, como lo hacías tú.

Maldición, Hyung, te extraño más de lo que puedes imaginar, no tienes idea.

Y lloré.

Lloré como idiota, sabiendo que no seré escuchado ni acariciado por ti nunca más, sabiendo que no te encontraría en ningún otro lugar.

"Maldición, te extraño, demasiado Hyung..."

"Entonces ven a abrazarme, idiota". Sentí que me decías eso, pero no levantaría la cabeza, mi mente solo repetía las cosas que decías cuando te ibas por varios días.

Seguí llorando desconsoladamente, con el alma muerta y los ojos llenos.

Escuché unos pasos suaves, mientras la lluvia aumentaba, me recordaba a la dedicación y amor que tenías al tocar el piano, tan directo, tan suave, tan... especial.

Sentí que la lluvia dejó de caer sobre de mí, el cassette de mi reproductor se detuvo de la nada, obligandome a levantar el rostro lleno de lágrimas, muriendo de vergüenza de que alguien me haya escuchado.

Eras tú.

"Esa noche estabamos cubiertos por una oscuridad negra, no sentía curiosidad por ver tu cara borrosa".

A pesar de tener la vista tan borrosa por las lágrimas, aún podía reconocer los colores que solías vestir a la noche, más si llovía, todavía recuerdo todo de ti.

The night ☾Meanie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora