14 años después:
Lo único que pasa por mi mente en este momento es: "Corre, corre o tu vida llegará a su fin, Pía".
Mis piernas duelen como el infierno, mis pulmones están a punto de explotar y mi acompañante no ayuda a mi situación. Ya no escucho pasos siguiéndome, pero sé que ellos no se detendrán por lo que necesito encontrar un refugio pronto.
Cuando desperté esta mañana sabía que me esperaba un día difícil, después de todo me encuentro en la etapa final de la carrera que, según Alaia, Sitrok y yo, me haría más fuerte, mucho mejor que todos los ineptos de la nación. No sabia a que me iba a enfrentar, sospecho que ni ellos mismos sabían lo que me encontraría en este lugar, me atrevo a decir que ni los instructores lo sabían.
Pam y Conrad conocen el pasado de cada quien, saben cuáles son los puntos débiles, reconocen cuando has llegado a tu límite personal y lo empujan, lo tientan hasta destruirlo. Pero no sabía que ellos llegarían a este punto, donde mi vida correría peligro. Debí imaginarlo cuando entre y no visualice a nadie más que a ellos dos con sonrisas en el rostro, y no cualquier sonrisa, con sonrisas de autosuficiencia y me advirtieron que tenía que realizar la prueba sola, claro a petición de Sitrok, mi padre.
Seis horas atrás:
- ¡Oh! ¡Vaya! Mira quién decidió aparecer y honrarnos con su molesta presencia, Pam.
No me queda más de otra que rodar los ojos ante su grito exagerado y su falsa alegría. Me limito a sonreírles con autosuficiencia dándole a entender mi descontento por verlos.
-No sabes cuán feliz nos hace que estés aquí, pastelito.
- Ahórrate el sarcasmo, Pam. – Imito su sonrisa arrogante y me paro frente a ambos.- Vamos al grano, chicos. Quiero terminar con esto lo más pronto posible y quedar libre de tan fastidiosas personas.
Como era de imaginarse, sus rostros se oscurecen ante mis palabras, los mismos rostros oscuros que vengo viendo cinco largos años y los cuales amargue más al negarles la petición de acercarlos a mi padre y formar parte de su privilegiado grupo de amigos.
-Te crees muy lista y ruda ¿verdad? -Pam se acerca a mí y me toma por la garganta. Yo me quedo a la expectativa de lo que su inoportuna mente me tiene que decir-. ¿Crees que por ser la hija del Dirigente Mayor serás la privilegiada del programa más codiciado de toda la formación universitaria? Te equivocas –Niega con la cabeza y entrecierra los ojos rosando su nariz con la mía-. Aquí recibirás un trato peor que al de todos los demás. No mereces ser la privilegia de la región y eso lo sabes, así que acostúmbrate a los desprecios, niñita.
Opto por quedarme callada cuando me suelta bruscamente. Suelen ser muy explosivos, así que no me extraña su reacción exagerada. Sé que si decido hablar en este preciso momento me cargare los cinco años de administración política por un estúpido programa optativo de logística de combate.
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Almas sin destino
Научная фантастикаNo sé cómo sucedió, ni el momento, ni que paso después, solo sé que aquella tarde de septiembre vi morir a mis padres y a mi hermano de dos años, los vi morir tratando de alcanzarme frenéticamente huyendo del peligro. Ellos gritaban mi nombre, me ll...