Hacía más de 10 años que no sabía de ella, cuando me llegó su mensaje de texto quede sorprendido.
Habíamos sido muy buenos amigos, hasta un poco más tal vez, la conocí cuando estaba trabajando en una revista como columnista, pues cursaba una maestría para poder dictar clases en la universidad, lo que siempre quise hacer luego de acabar Literatura, 5 años muy divertidos. Ella trabajaba en la misma revista, se encargaba del área de diseño específicamente, era su profesión, llevaba ahí más tiempo que yo, yo solo tenía 5 meses cuando por fin cruzamos palabra, la verdad no era muy sociable, me dedicaba a mi trabajo, revisar entrevistas, organizar contenido, cosas típicas.
Cuando me llegó su mensaje luego de tantos años sin saber de ella me sorprendí, no negare que en esos años supe algunas cosas de ella, una amiga muy cercana me dijo que había tenido un fracaso amoroso y que estaba embarazada, eso fue ya hace mucho, quizá 7 años atrás.
No volví a saber de ella desde la última vez que nos vimos, recuerdo que yo ya había conseguido mi maestría y había logrado un buen contrato en la Universidad Nacional de catalina, ya había conocido a Beatriz, mi esposa. Recuerdo que aquel día conversamos acerca del amor, de las relaciones, de todo un poco, de sus sueños, siempre quiso formar su empresa de diseño, yo siempre pensé que así sería, de haber sabido que era la última vez que la vería hubiera hablado menos de mi vida tan feliz y la hubiera escuchado más.
Pero las cosas pasaron así, Fernanda fue y será siempre una parte importante de mi vida.
Por eso creí que su regreso era el destino, pensé que era algo que tenía que suceder que era el momento preciso, estaba pasando una crisis matrimonial, no voy a mentir con Beatriz pase años muy felices, pero los últimos 5 años de nuestra vida juntos había ido cuesta abajo, quizá por los celos, quizá por que aun no llega el bebé, quizá por que paso mucho tiempo trabajando o simplemente que no habíamos podido superar lo de Miriam, una mujer que conocí en la universidad y con la cual tuve un romance, cuando Beatriz y yo estábamos en quizá un punto crítico, ella se había mudado con su madre y yo estaba pues sensible, ya cuando regresó yo había comenzado a sentir cosas por Miriam y las cosas se complicaron de tal modo que hasta el día de hoy ella sigue pensando que soy un mal tipo, pasamos buenos momentos, prefiero recordar esos aunque duele.
Bueno, pase algunos meses deprimido pues si e había enamorado, luego trate de recuperarme tratando de ver lo bueno de mi relación, así fueron algunos años, Beatriz pensó que seria bueno tener un hijo, así como soñábamos en un principio la idea me gustó siempre quise ser papá, pero tenia miedo y tengo miedo a esa responsabilidad, vivimos en un apartamento, ella es enfermera trabaja mucho, yo de catedrático gano lo suficiente, pero igual es un paso grande que dar.
Los últimos años han sido tratar de encontrar al niño y otras alternativas, pero por alguna razón no ha llegado aún, ya intentamos todo, y la adopción es algo que ella no considera, cada pelea siempre sale este tema, que yo parezco no preocuparme, y es que no hago nada, pienso que si no ha llegado es por algo, creo mucho en el destino.
Acababa de pelear con Beatriz, para variar, y si me pregunto por qué no la he dejado aun, la respuesta es que aun muy en el fondo algo me dice que tampoco ella es la mala de la historia, y tiene sus momentos, al igual que yo, a veces hay días inolvidables yendo a pasear, beber un vino, ver una película, quedarnos dormidos en el balcón mirado las estrellas y escuchando música, en fin.
La pela esta vez había sido por que cancele una cita que teníamos para ir a ver al médico, para un análisis, más precisamente un conteo de espermas para comenzar un nuevo tratamiento, pero la verdad no me sentía de ánimos habían sido semanas complicadas en la universidad, muchas evaluaciones, tenía que trabajar el doble, tenía que enviar una columna al periódico, en fin, y se me iban los ánimos, casi siempre ene estas fechas de agosto, pues me recordaba los buenos momentos con Miriam en estas fechas y el hecho de lo mucho que había cambiado por ella, había bajado de peso, me había afeitado, típicas cosas que hace un hombre cuando está enamorado, creo que por eso sospecho Beatriz también, la cuestión es que a cerca de 4 años de ese suceso estoy pero hecho otra persona, he subido mucho de peso, nadie imaginaria que tengo 35 años, me he dejado la barba, el cabello ya no lo arreglo, en fin todo un profesor de universidad de parches en codos y maletín de cuero, y eso me deprimía pues aún tengo algunas fotos de aquellos tiempos, fotos que ella me tomó.
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Historias que no puedo contar: Fernanda
RomanceUn triangulo amoroso que juega con la subjetividad de las palabras y la amistad. Un hombre confundido, una esposa atormentada por no ser madre y una joven madre soltera son los protagonistas de esta historia. *Cualquier parecido con la realidad, es...