Imaginas BTS

Yoongi

Estaba en la biblioteca buscando un libro para mi  hermanito de tres años que me había pedido explícitamente un libro de gatitos.
- Lo sé Jimini, pero hago lo mejor que puedo, no encuentro el libro que me pediste - dije en voz baja al móvil.

Mi mamá le había pasado el teléfono a Jimin y este me daba indicaciones de como era la historia que estaba buscando.
Mientras buscaba, mi atención se la llevó un chico sentado en una de las mesas, era de tes pálida y cabello de tonos verdosos.

Miraba con total seriedad el libro en sus manos, y creo que yo lo miré demasiado a él porque de repente giró su cabeza y nuestras miradas se encontraron. Le sonreí pero el sólo se limitó a mirarme con neutralidad y volver la atención a su libro. Llena de indignación me acerqué a donde estaba sentado y le dije:
- Las sonrisas se devuelven sabes?

Y sin esperar a que contestara, me Di la vuelta y salí de allí. No me importaba tener que jugar con Jimini un mes por no haber encontrado su libro si eso me permitía salir de ahí.

Unos días después, estaba en la cafetería de mi colegio terminando mi almuerzo, era la única en mi mesa pues no suelo tener compañía, carezco de una mejor amiga y no tengo amigos cercanos, sólo por el simple hecho de que nunca había encontrado alguien con quien me llevara tan bien.
Estaba perdida en mis pensamientos cuando escucho que alguien llama mi atención diciendo:
- Hey chica.

Al levantar mi mirada me encontré con el chico de la biblioteca sentado frente a mi con una bandeja de comida. Creo que mi cara de sorpresa se expresó por si sola, porque dijo:
- Es mi primer día en este colegio, me llamo Yoongi - dijo revelando una gran sonrisa que me dejó sorprendida y extrañada.
- Oye, las sonrisas se devuelven sabes?...
- Oh lo siento, creo que ahora estamos a mano Yoongi, soy T/N - dije con desdén.
- Oh vamos T/N, no te enojes, hagamos algo divertido - dijo tomando mi mano y arrastrándome hacia el jardín.
- Oye! Espera! A dónde vamos?
- A cualquier lugar menos aquí... - dijo sin dejar de correr.
- Espera... - dije entrecortada por el cansancio - detente!

Cuando dije eso, se detuvo y me miró con curiosidad.
- Qué ocurre?
- No puedo escaparme del colegio, eso no está bien, y menos con alguien a quien no conozco.
- Por favor - su expresión cambió a una afligida - te diré la verdad, ese día en la biblioteca, estaba allí porque las cosas en mi casa no están bien y necesitaba olvidarme de todo.

- Lo siento pero yo no puedo ayudarte.
- Si puedes! Acompañame, divirtamonos y olvidemos todas las preocupaciones - dijo tomando mi mano nuevamente.
- No lo sé.
- Por favor - dijo tomándome en sus brazos y elevándome del suelo.

- Además - agregó - necesito una amiga y tú necesitas un amigo.

Esas palabras lograron convencerme...