INFIDELIDADES (Parte 3)

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Nota: Capitulo con contenido Lemon perteneciente al  ShouKa (Shoun x Karin)

Tenía sus brazos alrededor de ella, como si con éstos formara cadenas para no dejarla ir. El no titubeó cuando la pelirroja levantó la cara para darle paso a su boca y con pasos lentos pero ansiosos la llevó dentro de la habitación.

Esas palabras ya estaban en su boca, sabía que esa relación, si es que se le podía llamar así, no duraría tanto, era momento de una explicación... Pero él aún no podía... La volteó para verla de frente, besos sus labios apasionadamente justo antes de que la voz de ella escapara nuevamente de sus labios y la pegó a su cuerpo con fuerza, no permitiría que se alejara de él... no soportaba pensar tenerla lejos.

Hizo un esfuerzo por alejarlo, pero el insistió en aquel beso, sus manos lo rechazaban, pero la verdad era que sus labios no podían evitar responderle... Con sus brazos rodeo su cuerpo y en su cabeza el eco de su voz sonó: Solo una noche más...

Ella había dejado de resistirse, pero él no dejó de ejercer la misma fuerza para tenerla cerca. La llevó hasta la cama, la recostó y él colocó su peso sobre el de ella. Por un segundo detuvo sus besos y con cuidado le quitó los anteojos dejándolos en el mueble de madera que servía de mesa de noche.

Deslizó sus manos por su torso desnudo, casi olvidaba que estaban acostados sobre la blanca camisa. Sentía sus firmes manos bajar el ziper de su vestimenta y como acariciaba sus hombros para despojarla completamente de la prenda lila.

Ya no eran los mimos inexpertos de hacía algunas semanas, ya sabían como habrían de actuar... como habrían de moverse. Se conocían más de lo que hubieran imaginado, más de lo que los demás sabían. Sus movimientos seguían el mismo ritmo q del otro, la misma velocidad y sabían donde tocar para enloquecer a su pareja. Conocían los puntos claves para llegar al éxtasis y en lo que esperaban ansiosos por ese momento, solo podían oler el embriagante aroma, oír los sonoros jadeos, saborear los delirantes labios y sentir la cálida, húmeda y suave piel del otro.

Era ya muy de madrugada, apenas detenían sus preciados movimientos y se acomodaban para dormir aunque fuera solo algunas horas antes del amanecer.

El la miró a los ojos, parecían los de siempre, indiferentes y fríos pero en sus pensamientos...Mirándola de esa forma buscaba la sonrisa que ella le regalaba tras sus aventuradas noches.

Ella miraba sus oscuros ojos, para ella, esos ojos siempre le mostraban lo mismo, ni una pizca de sentimiento hacia ella. Sentía un nudo en la garganta pero era tiempo de hablar.

- ¿Qué sientes por mi? –

La pregunta no le tomó del todo por sorpresa, sospechaba la pregunte justo antes de empezar con los delirios de esa noche; pero ahora la pregunta había sido hecha ya no podía callarla.

- Aún cuando no me quieras, aún cuando solo sea para ti una mujer con la cual pasar las noches... dime ¿Qué sientes por mí? –

Sus palabras querían empezar a oírse entre cortadas, pero ella lograba, con un enorme esfuerzo, disimular los titubeos en su voz. Ya no podía mirarlo a los ojos, las lágrimas querían escapársele por los ojos así que lo rodeo con sus brazos y recargó su mentón sobre su hombro.

- Sin importar tu respuesta... yo seguiré complaciéndote por que... te lo dije ¡Soy tuya! –

El oyó hasta la última palabra ¿Qué debía hacer? ¿Decirle la verdad? ¿Mentirle? No, no sabía que hacer. El silenció invadió la habitación, pero no duraría para siempre; lentamente se separó de ella, tenía la intención de levantarse del lecho, pero ella se aferró a su cuerpo y lo atrajo a ella, no permitió siquiera que él saliera de su cuerpo.

- Te lo he dicho... no importa tu respuesta, estaré aquí para complacerte –

Sabía lo que él iba a hacer y no lo permitió, con esa acción le dio una respuesta sin siquiera tener que decirla, pero ella estaba dispuesta a permanecer a su lado, aunque fuera solo de esa forma, mejor así que nunca haberlo tenido. Demostrando sus palabras, movió sus caderas abrazando con fuerza al chico ¿Chico? No, él era un Hombre.

Continuara...

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