Tenia alguien especial, un ser humano pequeño, de esos que caben en tus brazos, de esos que te llenan de alegría y satisfacen todas tus creencias, de esos que pueden hacerte la persona mas feliz del mundo con solo sonreír. No era un hijo propio, pero era mas que eso, pues alimentaba mi alma, me llenaba de gozo, el tiempo se me detenía cuando estaba junto a ella, mis malos días desaparecían, ya no estaban, se esfumaban tan rápido que ni siquiera podía recordarlos. Era sonreír y emocionarse al escucharla hablar, caminar, era asombrarse de felicidad al ver como reía y tenia tanta energía, nunca se cansaba, siempre estaba firme, juguetona.
Era preocuparse cada vez que ella tenia un raspón o tenia un simple golpesito. Era correr a un doctor cada que se sentía mal sin importar las horas que fueran, no importaba el gasto, pues verla mal era deprimente, ver como esa niña que corría por toda la casa ahora se mantenía quieta, era sufrir, reír, amar, llorar, vivir, todo.
Eso era tenerla y mas, pero ahora solo me queda vivir con esos recuerdos, y lo peor de todo es que mi memoria al parecer es muy buena para recordar, pues recuerdo todo, desde lo mas mínimo hasta lo mas grave, ojala fueras mas que un recuerdo.