«I used to be so quick, so clever
I used to know myself much better
Anyone can see that this is only permanent
Temporary, it never hurts to try.»
—Ehm—balbuceó, con torpeza—. Yo lo, sient-to mucho...
—No tienes por qué decir que lo sientes—la cortó secamente—. No es tu culpa que sea ciego—agitó su mano frente a sus ojos—, ¿ves? Porque yo no.
Anna levantó las libretas —y su dignidad— sorprendentemente con la ayuda del chico. Más a su izquierda había un celular con la pantalla iluminada, seguramente porque estaba en medio de una llamada. La chica lo tomó con delicadeza, la suficiente como si se tratara de una pieza de cristal y se lo entregó al extraño.
—Gracias, no habría podido sin tu ayuda, amiga.—su sarcasmo la hirió, pero solo observó como el chico se relamía los labios y colocaba el aparato sobre su oreja.
—¿Sí? ¿Sigues ahí, mamá?—con sus brillantes ojos verdes, Anna pudo percibir el nudo que se formó en la garganta del chico—. ¡No puedes hacerme esto!
Incómoda, desvió la vista y la centró en una grieta formada en el suelo.
—Lo intenté, de verdad lo hice...pero quiero ir a casa...—se le humedecieron los ojos—¿Mamá? ¡maldición!—exclamó, porque ella le había colgado.
Lentamente, Anna salió de su estado de shock parcial y le tendió la mano al sujeto. Inmediatamente se ruborizó, recordando que no podía ver. Lo tomó del brazo.
—Lo lamento.
—Te dije que no tenías por qué...
—Por eso no—lo cortó—, de hecho fue tu culpa— él sonrió—. Quiero decir...¿estás bien?
Se sintió un poco culpable, porque momentos antes la situación que vivía había aplicado para ella.
—No—se recargó en la pared y rascó con nerviosismo su espalda—. Yo también lo siento.
—Anna.
—Tristan.
Él extendió la mano y ella aproximó la suya fundiéndose en un auténtico apretón de manos.
Hola, gente. Solo quería aclarar que esta historia tendrá capítulos muy cortos, porque...esa es su finalidad(?) En multimedia dejaré una foto de Tristan :D Sin más por el momento, me despido, que se supone que debo estudiar.
Paz.
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Blinded
Teen Fiction« Ella le abrió los ojos. Él le abrió la mente. Ambos abrieron sus corazones para el otro. »