Las almas perdidas (Relato de league of legends)

Antes de leer (si no conoces el juego) recomiendo leer el "lore" (historia del personaje) de Thresh y Ahri... y algo del juego. Dejando de lado eso, la historia es fácil de entender. Sin nada mas que decir, gracias por leer

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                                                               Las Almas Perdidas

Sasha, aquel pequeño niño iba caminando tranquilamente por unos bosques de la región de Jonia… o donde viviera, no recuerda bien dónde. Él simplemente llevaba lo que su madre le había pedido que comprara para preparar la cena. Daba pequeños saltitos a cada paso que hacía, la bolsa crujía con cada movimiento. El viento hablaba con las hojas con su característico susurro, era una hermosa noche de verano pero noche al fin. Nada iba a sucederle, pensó su madre, ningún animal lo atacaría por ese tipo de cosas.

El niño seguía su camino a casa por el sendero, solo faltaba llegar hasta el claro y unos pocos metros más de caminata lo harían llegar hasta destino. Era una noche de luna llena, con esa luna tan llena y brillante que todo estaba iluminado como si fuera de día. De hecho, a Sasha no le disgustaba la noche. A parte, él conocía como la palma de su mano el sendero de tantas veces que iba y venía por el mismo. De hecho, era divertido. Le gustaba escuchar a los conejos o pequeños zorros correr entre los arbustos.

Una tarde de hace algunos años, un pequeño zorro blanco paso corriendo frente a él para luego pararse. Ambos se quedaron intercambiando miradas, hasta que Sasha vio una mancha roja en aquel hermoso pelaje. Saco un pedazo de carne que llevaba en la bolsa para su madre y lo dejo en el piso.

-Acércate – dijo el niño- no te haré daño, solo quiero curarte.

El animal miró desconfiado al pequeño y se movió hacia adelante rápidamente, se detuvo. Observándolo detenidamente desde su posición supo que no había peligro y fue a comer. El niño rompió un pedazo de su manga, el zorro reaccionó ante esto pero luego volvió a su comida. Se arrodilló lentamente y vendó la pierna del animal. Al finalizar, acarició su pelaje y le dijo:

-A cambio, ¿Puedo ponerte un nombre? – el zorro lo miró girando su cabeza mientras Sasha pensaba- Ahri… Es parecido al nombre de mi mamá. – Y el pequeño zorro se alejó saltando entre los arbustos- ¡Adiós!

Sasha no pudo evitar sonreír frente a su recuerdo. Siempre espero volver a ver aquel pequeño zorro. Pero su risa se cortó al escuchar las hojas de los arbustos sacudirse más fuerte de lo normal. Un animal corriendo, es simplemente eso. La única precaución que tomo fue acelerar el paso. Desde donde se encontraba ya se veía el claro. No pudo evitar correr al escuchar de nuevo el ruido. Los árboles se alejaban tras el mientras se veía el fin de aquella negra pared. Ya estaba ahí. El claro, solo un poco más.

Al estar por entrar aquí, su pie se trabo con una piedra, no… eso era una cadena. Al intentar parase más de estas aparecieron desde un costado. Una a su brazo, otra a sus piernas. Tuvo que soltar la bolsa. Comenzó a escuchar ruidos a sus espaldas. La bolsa comenzó a quejarse junto con las hojas de los árboles, el viento las sacudía cada vez más fuerte. El saco se arrastraba solo hacia atrás, él no podía ver bien por las cadenas que oprimían su movimiento.

El ruido se detuvo, el viento se detuvo, lo animales se detuvieron. Era su oportunidad, debía gritar. Pero… pero no podía, el miedo lo paralizaba y algo más, algo dentro de su cabeza. Sintió un ruido de cadenas moviéndose,  y un gancho lo tomo por el estómago. Este no lo lastimo, pero comenzó a arrastrarlo de la misma manera que a aquella bolsa. Era el momento, ¡Grita! Y en ese mismo momento una mano se posó sobre su boca. Sasha cerró sus ojos mientras unas lágrimas caían de ellos.