ūnus

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Narra Dahyun:

—Buenas noches, Dahyunie~
Fue lo que dijo mi mamá antes de cerrar la puerta y apagar la luz.

Eso ocurrió hace dos horas, no he podido conciliar el sueño en todo este tiempo

De un minuto a otro papá comenzó a gritar, no se le entendía bien, quizás tenga un problema. En eso se escuché que golpeaban a una persona, y se escuchaban sollozos de ¿una mujer?

Bajaré a chequear.

Se escuchó un portazo. Alguien salió de casa.

Al bajar veo a mi mamá tendida en el piso, la sangre le corría sin parar al igual que su llanto. Ella no podía hablar. Se ahogaba en sus propias lágrimas y estoy quieta sin hacer nada, solo mirándola. Ella me miró, me sonrío y trató de ponerse bien para mí. Yo negué y me comenzaron a salir lágrimas.

Ella se acercó a abrazarme.

***

Las cosas se habían puesto tensas en la mesa por un comentario de mamá, pero papá solo dijo "lo veremos cuando Dahyun vaya a dormir."

Eran las 3:00am según mi reloj y eran de esos día en los que no podía conciliar el sueño.

—¿TÚ NO PUEDES HACER NADA BIEN?— era la voz de papá. Estaba gritando.

—Baja tu voz, no dejes que Dahyun escuche— era un susurro de mi mamá.

—¡CLARO! ¡ESA ES TU EXCUSA PERFECTA AHORA! ¿NO?— papá volvió a gritar.

Se escuchó una cachetada.

Se quebró un vidrio.

Se escuchó un grito ahogado de mamá.

Salí de mi cuarto. Y sin meter ruido alguno bajé un par de escalones. En la mesa estaba sentado papá y mamá. Mi papá le enterró un pedazo de vidrio a mamá en sus manos. Le pegó una cachetada. Ella aguantaba las ganas de gritar, pero sus lágrimas salían sin cesar.

Subí a mi cuarto y me escondí entre las sabanas lo único que logré hacer fue llorar.

***

Acababa de llegar del entrenamiento de porristas, estoy agotada.

Estaba sentada en el sofá viendo algo de televisión, mi mamá estaba es su cuarto y papá estaba comiendo sentado en la mesa.

—Dahyun— habló papá y lo miré— ¿Puedes hacerme más omelette?

—Papá, estoy cansada.

—No te pregunté si estás cansada. Te mandé a hacerlo.

—No lo haré, hazlo tú.

—Dahyun— se levantó de su asiento— soy tu padre, tienes que hacer lo que te ordene.

—Eres mi padre, no mi jefe ni...— sentí su pesada en mano en mi cara. Me había golpeado. Mi propio padre me había golpeado.

—Ahora sí, ¿harás el omelette para tu papi?— dijo con una sonrisa.

Me levanté y callada se lo serví. Al terminar fui al baño y corría sangre de mi nariz, y no me había dado cuenta.

En eso escuchó a mi mamá pelear con mi papá, pero no quise tomarle importancia.

Curé mis heridas, casi siempre se las curaba a mamá, yo ya sabía tratar heridas.

No quise escuchar más pelea y me fui a llorar y tratar de dormir a mi cuarto.

forbidden; dahmo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora