Problemas de un Escritor I

La novela.

Eran las 23:53 cuando Rodd se sentó delante del teclado. Llevaba meses intentando escribir cualquier cosa, un párrafo, un frase, una misera palabra, pero nada, la inspiración no llegaba por  ciencia infusa.

Pero esa noche era distinta, Rodd, por primera vez en mucho tiempo estaba inspirado, se puso a teclear y pasaron las horas y el seguía escribiendo, concentrado en lo que ponía, atento a cada tilde y a cualquier error, no podía equivocarse. Estaba tan centrado en su historia que todo a su al rededor desapareció, solo existían el y su ordenador.

El sol se levantó y Rodd seguía escribiendo, rematando su novela, asegurando todos los puntos y comas, todos los acentos, todas las posibles faltas de ortografía, incluso buscaba muletillas y las cambiaba por sinónimos para no ser repetitivo. Le llevó toda la noche pero al final Rodd había escrito su novela, salió entonces de su cuarto, con una copia impresa de su trabajo bajo el brazo, y bajo las escaleras ilusionado, ansioso por enseñárselo a su familia y presumir de lo que él consideraba una obra maestra mas cuando llegó abajo no había nadie. Miró el reloj, eran las 09:30 de la mañana y sus padres estaban en el trabajo. El joven no sabía que hacer el resto de la mañana, al fin y al cabo, para él era un día no lectivo y no tendría clase ya hasta el lunes. Se sentó en su sillón y comenzó a releer todo su trabajo en voz alta. Cuando Rodd leía era como si los personajes cobrasen vida y salieran del libro. De echo, eso fue exactamente lo que pasó. Rodd no era consciente pero al mismo tiempo que brotaban las palabras de su boca iba dando forma a sus personajes en la sala de al lado.