White Walls [YoonJin]

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Me encontraba caminando en círculos algo cansado y adormilado alrededor del espacio que era desconocido para mi; me había dejado de importar  cómo es que había llegado ahí, ya que no lo considero la prioridad ahora mismo. Debido a que no dejaba de pensar en cuán asustado debe estar seguramente Yoongi en estos momentos, el pobre tiene que estar sufriendo injustamente en este lugar de mierda, y yo de inútil sin poder encontrarlo.

¿En dónde te han metido Yoongi? ¿Estás bien? ¿Te han hecho daño?

En medio de mi angustia, escucho a la lejanía lo que parece ser un sollozo de voz masculina que llamó mi atención, sorprendido de saber que no me encuentro solo, volteo mi mirada a la dirección de dónde provino el sonido. Logré ver una puerta chica en la esquina del área donde me encontraba, la cual no había logrado ver antes. Comencé a avanzar lentamente hacia ella, permitiéndome ver más detalles. Pude ver que esa puerta pertenecía a una pequeña y cuadrada habitación blanca, igual que todo lo que he visto en este lugar—escuché el sollozo de nuevo —. Avancé lo poco que quedaba de distancia entre la puerta y yo hasta quedar frente a ella.

Con algo de duda tomo el picaporte con mi mano derecha y lo giro con cuidado de no hacer ruido. Abro un poco la puerta para ver lo que hay dentro, asomando mi cabeza. Lo que había adentro me dejó totalmente destrozado y apunto de colapsar. Ahí se encontraba Yoongi, mi precioso Yoongi, que no merece estar de la forma en la que lo estoy viendo.

Cierro la puerta después de haber ingresado, para asegurarme que no entre nadie. Yoongi estaba sentado en una silla, tenía sus manos y pies amarrados a ésta, además de que sus ojos estaban vendados y su boca tapada. Se hallaba inconsciente o dormido mientras soltaba involuntariamente leves sollozos. Sin embargo, lo más preocupante, era que no existía ninguna prenda de vestir en su cuerpo... Y toda su piel estaba herida, tenía golpes es su cara con algo de sangre seca en ella, además, todo su pecho, brazos y espalda estaban llenos de marcas rojizas y moretes. Mis ojos no dejaban de gotear líquido salado hasta caer por mis mejillas.

¿Quién carajos le hizo esto a Yoongi? ¿y por qué?

Me arrodillo frente a él, mirando sus ojos cubiertos; sintiéndome una maldita basura, mientras la impotencia y el dolor no dejaban de crecer en mi. Me odiaba por no haber podido evitar que él se encontrara en este estado.

Llevé lentamente mi mano hasta su mejilla izquierda, acariciándola delicadamente mientras lo miraba preocupado.

—¿Jin...?—escuché con dificultad debido a su cavidad cubierta.

—Tranquilo Yoongi, te sacaré de aquí.