Capítulo II Consolas Pérdidas.

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Iba a matar alguien lo juro que iba a matar a alguien. Resulta que al camión que traía mi cajas, era el que llegaría hasta mañana si tenía suerte. Con eso que era la que remolcaria las lanchas de Fred también.

-Lo siento Tiffany,  olvide en que camión decirte que las pusieras para que llegarán hoy. Pero ve el lado bueno mañana es lunes y empiezas la escuela, ni cuenta te darás que te faltan las consolas.- Dijo Fred para hacerme sentir mejor. Aunque eso no funcionaba.

-Hablando de colegio, que universidad será siempre?.-Pregunte mientras me sentaba en el comedor de la cocina.

-Al de animación, como querías,  tu padre a logrado sacar tu beca ahí. Gracias a tu buen promedio.-Decía mi madre tras la meseta.

-Genial y ¿cual será mi cuarto?

-¡¿Que aún no lo has visto?!  Te recomendaría ir a ver cual te dejaron tus hermanas.

Salí corriendo de ahí me diriji al pasillo. Abrí una puerta pero era la recamara de mis padres por consiguiente la de enfrente era la de él pequeño fredi, solo quedaban las de él fondo, abrí una y recibe un !largo de mi habitación¡ de Victoria, que por cierto es la mayor, 27 años secretaria de banco. Corrí a la otra esperando que no estuviera ahí Alice pero no fue así, ahí estaba ella la de en medio, una adicta al tabaco de 20 años, nuestra diferencia de edad es mínima sin embargo nos odiamos.

-Veo que te han dejado la mejor habitación. - dijo Fred señalando unas escaleras sobre un pasillo pequeño aterrador por cierto.

-El cuarto donde mataron a alguien tal vez.

-Hahaha por su puesto que no.- me tomo del hombro y me animo a caminar. -Apuesto que te gustara, solo dale una oportunidad. De echo sería mi despacho pero al final decidí ponerlo en la planta baja por si recibía visita.

Al subir las escaleras tenebrosas, me encontré con una puerta de muy elegante de madera, en verdad tenía pinta de entrada de despacho. Por dentro era aún mejor tenía una mini sala con tapete dónde bien mi tele y consolas se verían genial. Unas puertas de vidrio con ardonos dividían el cuarto en dos, del otro lado estaba la cama, un escritorio y una ventana enorme con cortinas color vino... Un cuarto muy elegante.

-OK tu ganas... Es hermoso.

-Te dije que te gustaría.-extendió su mano y me dio una llave.- está es la llave de tu cuarto no la pierdas porque no tengo otra.

-Gracias.- diciendo esto último se dio la vuelta y se marchó de la habitación.

Mamá se sacó la lotería con este tipo. En que cabeza se le ocurrió proquear primero con mi padre.

-Bueno es hora de jugar un poco.... Demonios...

Acostada en la cama a las 9pm...

-Estúpida mudanza.

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