3. Mi trabajo y él.

21 1 0
                                    

Los días que siguieron fueron de total molestia. No pasaba un día sin que Ryandertal me fuese a buscar al trabajo. Yo siempre terminaba rechazándole. No quería nada con él, sólo quería que llegara el día de la otra 'cita' y ya estaba. Digo, ya le había dicho que sí. Cabe destacar que fue involuntariamente.

Traté de mantenerlo lo más lejos de mí que pude. Y de Dani. Yo le había dicho lo que pasó, y como fue culpa de mi mamá, no le dio mucha importancia. Al menos hasta el día en que ambos se encontraron.

Yo iba saliendo del trabajo y había quedado con Dani para ir a al cine. Para mi desgracia, justo cuando él y yo íbamos caminando, apareció Ryan delante de nosotros.

Me pasó por el lado, chocando ambos hombros, cuando Dani se dió cuenta, se dió vuelta y lo miró con no muy buenos ojos.

-Fíjate, animal -escupió Dani.

-¿Cómo me llamaste? -respondió Ryan.

-Animal.

Yo en medio de esa discusión lo único que hice fue guardar silencio. Dani no tenía la más mínima idea de que estaba frente a Ryan, ya que era la primera vez que ellos dos se veían personalmente.

-Dani, basta. Mejor nos vamos -dije, en voz baja.

Lo tomé del brazo y sentí un jalón hacia adelante. Dani caminaba furioso, y me arrastraba con él.

Cuando ya íbamos a unos cuantos pasos de distancia, Ryan gritó detrás de nosotros:

-No me llamo animal, me llamo Ryan.

Quise desaparecer en cuanto terminó de gritar, me sentí pequeñita ante la mirada fulminante de Daniel, me apretó muy fuerte, su temperatura corporal se incrementó de un momento a otro. Pareció ser otra persona por unos instantes.

Me soltó del brazo y comenzó a caminar en dirección hacia Ryan.

Los dos estaban frente a frente, se notaba un intenso odio entre ellos. Sus miradas fulminantes lo decían todo. Corrí hacia el par y traté de alejarlos, pues supe que no saldría nada bueno de ahí.

Fue inútil. Ambos hombres tenían demasiada fuerza, no pude hacer nada.

Dani lo llamó animal, de nuevo. Eso enfureció a Ryan aún más.

Y de la nada Ryan levantó su puño derecho y lo golpeó en el rostro, dejando un moretón en la tez blanquecina de Daniel, quien le devolvió el golpe, pero en los labios, haciéndolo sangrar.

Yo estaba horrorizada; gritaba como loca, pedía auxilio, pero nadie se atrevió a hacer nada. La patrulla de policía rondaba cerca, por lo que me oyeron gritar y corrieron a separarlos.

-¡Esto no se acaba todavía! -gritó Daniel, mientras sangraba por la nariz y uno de los oficiales lo agarraba con los brazos esposados.

-¡No creas que acabó, infeliz! -respondió Ryan, mientras se limpiaba con una mano la sangre que salía de su labio partido. Ningún oficial lo agarraba, pues estaba tranquilo. Pero sí estaba esposado de manos.

Los vecinos se asomaban por las ventanas, y contemplaban la escena. Varios perros ladraban hacia nosotros y los transeúntes que pasaban se detenían y miraban lo que pasaba.

-Ambos quedan detenidos por Alteración del orden público -dijo uno de los dos oficiales.

Los montaron en la patrulla y uno de los oficiales trató de calmarme, y luego me hacía preguntas.

-¿Conoce a estos hombres? -dijo.

-Son... Son... Son... -dudé lo que iba a decir cuando noté ambas miradas fijadas en mí, esperando mi respuesta.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 29, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

REBELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora