Faldas cortas

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Día 1: Cafetería

Caminaba por la ciudad de cielo naranjo con dirección a su casa, intento poner las manos en los bolsillo por la costumbre, pero en la falda no había bolsillos, Kirishima Eiji una chica que siempre usaba el uniforme revuelto, hace unas horas atrás tenia la corbata prolija, la camisa y la falda planchada y su desastroso cabello oscuro en una apretada trenza que producía un dolor en la cabeza, todo cortesía de Tama-neechan. Tenia su cabello negro -muy largo para su gusto- con unas pequeñas ondas, debido a la trenza deshecha y la corbata algo desajustada para poder respirar, acciones que realizo una vez el director termino el discurso de la ceremonia de final de año, después de eso se había uno con sus amigas para celebrar su ultimo año en el mismo colegio.

Una vez junto se termino cada una se fue a su casa, Eiji se encontraba caminando por las calles, iba a aprovechar de ir a la Reddo kurimuzon, su cafetería favorita, porque allí servían la mejor kasutera en todo Japón, según las palabras de Eiji. La primera vez -hace unos meses- que entro fue por mera casualidad, una tarde después de las actividades de su club se encontraba cansada y solo quería comer algo dulce, pero en su casa sus padres habían salido y su hermana se encontraba de viaje, así que cuando vio esa acogedora cafetería camino a su casa, no dudo en entrar, vaya sorpresa de lugar, no parecía ser el tipo de lugares a la que la chica iría, no una chica obsesionadas con las cosas fuertes, el honor y cosas que se consideraban masculinas, todas ideas que seguia del mejor boxeador -según sus palabras- Crimson Riot, pero ya desde ese dia que iba al menos una o dos veces por semana, la gente del lugar ya se sabia su nombre. La Reddo kurimuzon era un pequeño secreto de Eiji.

Se escucho la campanita del nuevo cliente, no espero a que alguna de las chicas se acercara a saludarla como siempre hacian con los clientes, solo se sento en una mesa vacia y espero, pediria lo que siempre pedia un trozo de Kasutera con algun batido o café, podria ser de arandano, si seria de arandano, se pregunto quien la atenderia, penso en Airi una chica de cabello blanco que siempre daba lo mejor de si apesar de ser algo torpe era muy servicial, se estaban demorando mas de lo normal, tambien podria atenderle...

—¿Qué vas a querer?—Dijo a secas quien le iba a servir, Eiji no noto en que momento apareció alguien cerca suyo, la voz no le sonaba del todo.

—Lo de siempre y un café no muy cargado—Respondió como siempre lo hacía en el local, iba tan seguido que era cliente frecuente, y ya se sabían hasta el nombre de las chicas que trabajaban y ella se sabían el nombre de Eiji.

—¿Cómo mierda voy a saber que es eso?—Sonó bastante molesta, algo inusual para el tipo de cafetería en la que estaba, donde siempre te atendían amorosamente.

—¿Eh?—Vio hacia la chica, era una chica que no conocía, debe ser nueva trabajando aquí, tenía el pelo rubio y corto, además de una falda larga y medias, exponiendo poca piel, a diferencia del resto de las maids del lugar—Pareces un diente de león—Fue lo primero que pensó al ver a la chica.

—¡¿Ahh?!—Dijo molesta, la miro como si fuese a asesinarla, tal vez tuvo un mal día—Mejor solo pides, y te dejas de tanta mier...tonterías—Se contuvo.

—Oh, claro—Dijo con calma la pelinegra, a pesar de no estar acostumbrada  a que le griten, sobretodo en ese local—Voy a querer una kasutera y un batido de arándano —Dijo con un tono alegre.

—Tsk, como sea—Tomo la carta y se retiró de la mesa sin escribir el pedido, tal vez tiene buena memoria, era una chica interesante, bastante agresiva para un café maid, escucho un poco de bulla de la cocina, y despues vio a la dueña del restaurant, la señorita Natsuki algo molesta acercandose a la mesa de Eiji. Espero que a la chica nueva no le hayan retado mucho.

Kiribaku weekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora