9 De Diciembre, 2017
La noche había caído como una cortina pesada sobre la ciudad. En la amplia y elegante habitación, solo el suave zumbido de una lámpara distante rompía el silencio. Jungkook estaba recostado en la cama, sus pensamientos vagando mientras Yoongi, absorto en su propio mundo, revisaba su teléfono desde un rincón de la habitación. El día había sido largo, pero ninguno de los dos mostraba signos de cansancio. Al contrario, una inquietud creciente comenzaba a filtrarse entre ellos, provocada quizás por el peso de un sábado desperdiciado en la quietud de esa casa.
—Estoy muy aburrido —murmuró Jungkook, girando hacia su primo con una expresión de desgano—. Es sábado, y aquí estoy, tirado sin nada que hacer.
Yoongi, sin alzar la vista del teléfono, se encogió de hombros con indiferencia.
—Salgamos de fiesta —sugirió, como si esa fuera la respuesta más simple y natural del mundo.
Jungkook rió al imaginar la reacción de su madre. —Si mi mamá se entera, se muere— Dijo, aunque en el fondo sabía que aquello no lo detendría. Había aprendido a lidiar con las normas de su madre sin dejar de hacer lo que realmente quería. Se levantó de la cama de un salto y palmeó las manos, con una energía renovada que brotaba de la perspectiva de la noche que les esperaba—Vamos, mueve ese trasero.
Yoongi esbozó una sonrisa mientras se levantaba del sofá. —Tu mamá a veces exagera demasiado —comentó, y sin más, ambos cruzaron la puerta y caminaron hacia el auto, listos para dejar atrás el aire sofocante de la mansión.
Ya en la carretera, los reflejos de las luces de la ciudad pasaban en una sucesión de destellos que iluminaban el rostro de Jungkook mientras conducía sin rumbo fijo. Su mente divagaba, pero al cabo de unos minutos rompió el silencio.
—¿Conoces algún lugar que esté bueno? —preguntó sin apartar los ojos del camino, esperando que Yoongi, que conocía bien la ciudad, le llevara a algún rincón prometedor.
Yoongi le lanzó una mirada de reojo, con una ligera sonrisa juguetona. —Depende — Respondió, con el tono casual de quien posee un abanico de secretos
—¿Quieres solo mujeres, solo hombres, o ambos?Jungkook se encogió de hombros. —Lo que sea. Solo quiero divertirme.
Con un asentimiento silencioso, Yoongi empezó a recordar la dirección de un club escondido, uno de esos sitios en los que el tiempo parece detenerse y las reglas son apenas susurros lejanos. Un lugar donde, esa noche, ambos podrían perderse en la música, en las luces, y en lo que les deparara el azar.
Y así, con una mezcla de expectativa y desafío, los dos primos se adentraron en la noche, listos para una aventura que apenas comenzaba.
***
La puerta del camerino se abrió suavemente, y Jimin entró en silencio, apoyándose despreocupado contra la pared mientras observaba a su mejor amigo prepararse para el show. Taehyung estaba frente al espejo, ajustándose el cabello de un rojo vibrante, ese color que parecía avivar aún más su aura magnética. La sonrisa de Jimin era pequeña, casi cómplice, admirando cómo Taehyung lograba brillar incluso antes de pisar el escenario.
—El lugar está a reventar esta noche —Comentó Jimin, cruzando los brazos con aire despreocupado —Parece que será una buena noche.
Taehyung sonrió de medio lado, pero la expresión se borró con rapidez cuando soltó un suspiro de resignación.
—Solo espero que no esté el tipo que siempre pide baile privado — Dijo, frunciendo el ceño —Paga bien… demasiado bien, pero es tan baboso que me pone los pelos de punta.
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Saudade | KookTae ©
FanfictionJeon Jungkook es un joven empresario de 23 años que comienza a salir con Kim Taehyung, un universitario de 21 años a quien quiere cada día más, pero al mismo tiempo se siente completamente flechado por V, la estrella principal del club nocturno: Sin...