Es un relato real, espero que guste. GRACIAS a mi hermana que sin ella no hubiera podido levantarme en cada bache del camino.
REFLEXION
Cuando miramos hacia atrás a las cosas que hemos vivido, todos miramos a las cosas que no hicimos o a las personas que perdimos y ya no están, yo de eso no me arrepiento y no creo que lo haga, soy rara en ese aspecto pero miro la vida de otra forma que para muchas personas no les parece lógica. Desde muy pequeña mi padre me enseño que lamentarse de lo que no hacemos es ilógico porque si bien es cierto puede que llegue el momento de poder hacer las cosas que no hiciste, mi padre miraba la vida desde el punto de vista de ver cómo era tu vida y los fallos, que para él y para mí son fallos sino lecciones que te da la vida, y ver como esos mismos nos hacían ser las personas que somos ahora y no lo que otros quieren que seamos.
Tengo tan solo tengo treinta y tres años pero una vida llena de recuerdos y experiencias, algunos por la vida y otros debido a mi trabajo. Hoy miro la vida como una niña, con ganas de aprender, como si acabara de poner los pies en este mundo, y me doy cuenta de que los problemas tienen solución, aunque en algunos casos tarda en llegar y parece que el mundo se te cae encima, mi padre solía decir que los únicos que descansan de verdad son los que ya nos han dejado porque ya han cumplido su tiempo de vivencias, mi padre era de las personas más importantes que han pasado o tienen que pasar por mi vida, de él me lleve a parte de su físico, también su carácter que aunque se crea la gente que no lo tengo como buena sangre Gallega que me corre por las venas de parte de mi padre y andaluza de parte de mi madre, el fue mi mayor apoyo y que sin decirme nada, ya sabía lo que pensaba, al que en grandes ocasiones echo de menos yo se que estaría orgulloso de todos los logros que he conseguido, pero echo de menos sus ojos verde claro como los campos de mi Galicia, verdes como la hierba después de una tormenta de verano, su voz suave pero con un tono de autoridad, ese olor a barón dandi mezclado con canela, sus historias que a día de hoy ni mi hermana ni yo las hemos olvidado ni sabemos si eran ciertas o solo se las inventaba para vernos las caras después de sus jornadas de trabajo.
También se que le echo muchas cosas a mis padres lo primero fue no confiar en mí misma y dejarme arrastrar a una de las peores enfermedades sicológicas que existen hablo de la anorexia, el hecho de ser una chica un poco rellenita con poco atractivo tampoco ayuda cuando entras en la pubertad y ves que todas tus amigas que están más desarrolladas que tu se echan novios y tu desde una esquina miras como si esa vida no fuera contigo, esa enfermedad hizo mucho daño en mi como persona, yo no era ni soy de las que les preocupe el que dirán, pero cara a los demás era aceptada solo por el hecho de estar delgada, por parecer un muerto viviente y dejarme guiar por los demás, pero gracias a mi hermana y algunos acontecimientos que pasaron por mi vida Salí sin mucho más que un trastornó alimenticio pero bien, mejor de lo que terminaron mis supuestas amigas.
El último recuerdo que tengo de mi padre fue de un mes antes de que muriera, pero lo recuerdo con ternura y me alegra porque ahora que estoy pasando por lo mismo que el paso entiendo lo que le paso por la cabeza, ya sabía que le quedaba poco tiempo. El estaba despidiéndonos en el autobús que nos llevaría igual que todos los años junto a mi abuela, su madre, y en sus ojos cuando el autobús arranco vi por un momento algo que hasta ahora había pensado que había sido por que nos íbamos tres meses de vacaciones y que ahora sé que era pena porque jamás nos volvería a ver, no nos volvería a contar esos cuentos, ni a decirnos que nos quería y mucho menos abrazarnos y tampoco volvería a decirnos que nos quería. La última vez que vi a mi madre no fue así vi lo contrario después de llevar tres años sin hablarnos desde la muerte de mi padre y la de mi abuela, cuando nos abrazamos me dijo en un tono de seguridad: "ya me puedo morir tranquila se que estas bien" a la semana murió.
Tantas desgracias te hacen crecer muy rápido, la gente que me ha conocido pero que no saben toda la historia creen que no he vivido mi juventud por el hecho de tener a mis hijos y que no he disfrutado yo les digo que he vivido cosas que muchos no vivirán jamás y otros no disfrutaran tanto de sus hijos como yo disfruto de los míos cada día miro la foto de mis padres y me pregunto lo que dirían en este momento o lo que hubieran dicho si hubieran estado aquí, pero luego miro hacia mis hijos y me digo que a lo mejor no tendría ni seria la persona que soy ahora. Después de toda las cosas malas que me han pasado se que aunque alguna vez pensé en tirar la toalla, nunca me rendí y que cada día que pasa sé que tengo que luchar por llegar al final del camino sin desfallecer y que aunque sea duro lo que me queda más duro fue lo que pase y lo supere. Al peor momento de mi vida fue el día que murió mi hijo Alejandro se fue de la noche a la mañana sin dejar que me despidiera, hoy tendría catorce años seria un chico alto no muy delgado pero con una mirada que sería igual que cuando lo recuerdo con grandes ojos negros con largas pestañas pero en definitiva guapo, el es el que me guía por mis sueños el que cuando tropiezo me ayuda a seguir adelante en definitiva se fue para ser mi Ángel, mi guardián y mi protector. Mi guía en momentos difíciles y no tan difíciles.
Espero que comenteis y que os guste.
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SUPERANDO LA VIDA
KurzgeschichtenEs un relato real, espero que guste. GRACIAS a mi hermana que sin ella no hubiera podido levantarme en cada bache del camino. Ya soy una mujer que tiene un trabajo y unos bellisimos niños, pero no ha sido un camino de rosas hasta llegar donde estoy...