DEDICADO CON TODO MI AMOR A Hadesbleck
Bruce Wayne como cada viernes por la noche se reunía con su amigo y cómplice Oliver Queen en el club de jazz "Kriptón" un sofisticado lugar donde el ambiente era perfecto para relajarse y disfrutar de buena música.
Los empleados del lugar eran educados y brindaban el mejor servicio.
La hora favorita de Bruce y Oliver era cuando el misterioso cantante del club, ejecutaba una suave melodía acompañada de una voz atrayente y ronca.
Bruce era abiertamente bisexual, había mantenido ciertamente mas relaciones con mujeres que con hombres, su última relación fue con su asistente Dick Grayson, pero no funciono, el chico quería algo serio, Bruce solo quería divertirse, así que se quedo sin asistente y sin amante el mismo día, por eso estaban hoy ahí, cazando algún ligue de una noche.
- ¿Cómo van las cosas con Sarah? – pregunto el moreno
- Igual que siempre, tenemos nuestros días buenos y días malos, mas malos que buenos, pero eso ya lo sabes – dijo el rubio resoplando, la verdad era que ya estaba cansándose de esa turbia relación, era un constante tira y afloja – pero dime ¿Has llamado a Dick?
- No me contesta las llamadas, esta haciendo berrinche ya lo conoces – Bruce veía su móvil a cada instante
- Te enamoraste de él, eso es impresionante Bruce – Oliver se acabo su trago, con una seña, llamo a un camarero, al parecer nuevo, no lo había visto antes ahí, el muchacho se acerco y tomo su orden
- En ...en un momento se lo traigo señor – tartamudeo el joven
- Lo pusiste nervioso Queen – se burlo el magnate de cuidad Gótica
- No me van los hombres, tal vez tu lo pusiste nervioso – Oliver rio al ver la cara de su amigo
- No me van lo críos – el muchacho no pasaría de los veinte, a Bruce le gustaban mayores, no niños.
Las luces del club bajaron de intensidad y el sonido del piano llego hasta la mesa donde estaba Wayne, era alguien diferente quien tocaba hoy, la música era tan sensual.
- Oh Bruce, ¿Sientes eso? – el moreno cerro los ojos y se dejo llevar por el sonido del piano, Bruce gimió cuando escucho esa voz desconocida, si definitivamente habían cambiado al pianista, esa voz suave, ronca y dura, estremeció al moreno.
- Lo quiero – dijo el "caballero de la noche" como lo conocían en el club, podía imaginarse al dueño de esa prodigiosa voz, esbelto, pequeño, sumiso
Sus retorcidos pensamientos se vieron interrumpidos por la voz chillona del joven mesero.
- Señor Queen su trago – dijo el joven mesero
- Gracias ... - Oliver busco la identificación del muchacho – Barry - Barry se sonrojo, y salió casi corriendo del cubículo de aquellos adinerados hombres, cuando llego cerca del escenario, el pianista conecto su mirada con él, y Barry fue a la oficina del dueño del club
Bruce se molestó cuando la música dejo de sonar, se excuso para ir al baño, pasando cerca del escenario vio al dueño de aquella voz, su ilusión se rompió, no era pequeño, ni esbelto y mucho menos se veía sumiso, era todo lo contrario, su cuerpo era grande debía medir diez centímetros más que él, quizás uno noventa, su cuerpo era grande lleno de musculo, complexión fuerte, su rostro era hermoso, sus ojos de un azul tan transparentes, por alguna razón el hombre, volteo y sus ojos se encontraron, el pianista sonrio y cabeceo en forma de saludo, Bruce sentía las piernas flojas.
Yendo en dirección al baño, vio como el joven mesero que los había atendido abrazaba al pianista, cosa que irrito al moreno cenizo.
Regreso a la mesa de una extraña manera enojado, Oliver se dio cuenta, porque vio de mala manera a Barry cuando este trajo otro trago al rubio.
