Uno

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Otro día más.

Hoy iré por primera vez sola al colegio, estoy muriendo de los nervios. ¿Por qué me inscribieron en un lugar tan lejano? Sufro.
Aunque aún siga siendo verano, hay un viento muy frío, en cierto modo es agradable y bonito.
Hasta que recuerdo lo inseguras que son las calles de aquí, ¡¿Puedo regresar a casa?!

No, no, no. ¿Qué digo?

Ya estoy por llegar a la parada del autobús, no voy a volver a casa, además, creo que he salido muy tarde. Maldición, el fracaso y yo vamos tomadas de la mano.

Menos mal ya he llegado a la parada, pero no hay nadie...
Es muy extraño, cuando mamá me acompañaba el año pasado, siempre estaba lleno de estudiantes o simplemente personas que debían trabajar. Pero claro, las cosas cambian.

Ok, debes mantener la calma, debes mantener la calma. Respira...

¿El autobús está tardando mucho o es cosa mía? Maldita sea, ni siquiera ha salido el sol y ya estoy poniéndome de mal humor.

A lo lejos oigo los paso de alguien, no quiero girar la cabeza, estoy demasiado asustada. ¿Debería tener el número de la policía a mano?
Sólo puedo abrazar a mi mochila.
Pero cuando estoy preparada para correr hacia algún lugar, veo una silueta masculina, o eso creo, no hay dudas de que es más grande que yo.

La curiosidad me ganó como siempre.

Lo miré sin pensar mucho, y como pensé, era un chico.
De estatura similar a la mía, supongo que solo su sombra lo hacía ver más grande. Tenía el cabello oscuro, aunque sinceramente no podía distinguirlo bien, la luz del poste era amarilla y todo seguía oscuro, claro, eran las 05:45 a.m, era obvio que no podía ver bien. Tenía ojos... ¿Rasgados? Que casualidad, casi no veo a personas asiáticas o de descendencia asiática por aquí, aparte de mi familia por parte de mi madre.

El chico empezó a caminar hasta a mí y se sentó al lado mío, muy cerca para mí.
Estaba tan nerviosa que no sabía bien qué hacía, simplemente, me quedé mirándolo. Este chico era tan apuesto, cuando más lo miraba, más guapo se volvía, ¿Esto es la realidad o sigo durmiendo?
Quedé tan embobada que no me di cuenta de que el chico estaba diciéndome algo.

- El autobús ya vino, debemos irnos. ¿O vas a esperar el siguiente autobús?

- ¿Eh... Disculpa? ¡Lo siento! - Estoy muriendo de la vergüenza, necesito huir, muy, muy lejos.

De repente tomó mi mano y me estiró hasta la puerta del autobús, que por cierto, estaba muy lejos de nosotros. Eso me llevó a darme cuenta de lo frías que están sus manos, también, me he dado cuenta de que ya habían muchas personas esperando los otros autobuses.
No sé el por qué, pero el chico dejó que todas las personas se subieran, yo también hice lo mismo y me quedé parada allí, esperando que a que todos suban.

Las personas subieron hasta llenar totalmente los asientos del autobús. Así que, no quedó de otra que quedarnos parados junto a otras personas.
Lo más extraño fue que, al pagar mi boleto, vi que nuestras manos aún seguían juntas. No sabía qué hacer, creo que iba a volverme totalmente loca, quizás tendría una ataque y todo.

No tuve de otra que soltar su mano, ya que el conductor ya nos estaba mirando mal al no pasar. Lo solté y pagué, intenté alejarme todo lo posible del chico, pero no pude, ya había demasiada gente. Incluso se subieron unas 10 personas más, y eso hizo que todos estuviésemos más pegados, mucho más pegados...

Durante todo el camino, el chico estuvo al lado mío. Incluso cuando hubo más espacio, seguía igual de pegado como en el principio. ¿Le pasaba algo?

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⏰ Última actualización: Mar 26, 2018 ⏰

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