Human Nature

El comienzo

Estaba en el casting final de Operación Triunfo, me encontraba muy aburrido porque ya había hecho mi actuación, sólo quería irme al hotel y descansar, en eso estaba pensando cuando apareció él, no sabía cómo se llamaba pero me llamó la atención que cantase Roxanne, ¿ Quien canta Roxanne en un casting de Operación Triunfo?, aun así me gustó. Él empezó a cantar, había elegido un tema de Adele, "When we were Young", no podía dejar de mirarle, tenía una voz tan especial y diferente al resto que ni el mismo lo sabía, cuando terminó no podía dejar de aplaudir, no sabía quién era, sólo sabía que quería ser su amigo.

Finalmente, había terminado la fase del casting final, había sido de los últimos en cantar y estaba cansadísimo, sólo quería llegar a la habitación, darme una ducha y dormir, estaba pensando en eso cuando vi que un chico se me acercó y lo reconocí enseguida, era el chico del trombón, Albert creo que se llamaba.

- Hola –dijo dándome la mano- soy Alfred, has hecho un casting genial, me encantó el tema The Police que elegiste y el de Adele, tienes muy buen gusto musical.

- Hola- le devolví el saludo- yo soy Roi, muchas gracias, a mí me ha encantado tu Georgia on my mind con el trombón, ha sido de las cosas más increíbles que he visto.

- Pues gracias tio, a ver si entramos los dos en la academia, me caes muy bien.

- A mi también me caes muy bien, ojalá pero está muy complicado.

- Bueno pero hay que tener fe ya verás –le dije guiñándole el ojo-

Chicos, presten atención, ya pueden volver al hotel, finalmente el casting final de Operación triunfo ha llegado a su fin.

Mientras los demás aplaudían, yo me despedía de Alfred.

- Bueno Alfred, ya nos veremos tío, mucha suerte.

- Lo mismo te digo tío, seguro que nos vemos en la gala 0 ya verás.

De camino al hotel sólo podía pensar en que el tal Albert era un genio y que mínimo iba a ser finalista del concurso, un genio.

Llegué a la habitación y me di una larga y relajante ducha, estaba demasiado cansado, así que me metí en la cama, sólo quería dormir. El único problema fue que al cerrar los ojos me vino a la cabeza los ojos de Roi y sólo podía preguntarme como podían ser tan bonitos, ¿Qué me pasaba?, ¿Y por qué le había guiñado el ojo antes?, yo no soy así, seguro que piensa que quería ligar con él, me pregunto que estará pensando él...

A la mañana siguiente...

Me levanté y bajé a desayunar, hoy nos decían los que pasábamos el casting y entrabamos en la gala 0 y yo sólo podía pensar en que quería que Alfred entrara a la academia, me parecería muy injusto si no fuera así. En eso pensaba cuando lo vi en el comedor sentado al lado de su compañero de habitación Mario, así que decidí acercarme a ellos.

- Hola chicos, puedo sentarme.

- Claro Roi, siéntate, ¿Qué tal has dormido?

- Muy bien Mario, ¿Y vosotros?

- Muy bien también.

- Si bueno, más o menos, estoy muy nervioso.

- Yo también Alfred, pero piensa que seguro que pasamos el casting los tres, ya verás.

- Eso espero Mario.

Después de esa conversación estuvimos ocupados el resto del día hasta la noche, cuando nos llamaron para saber el veredicto, había pasado el casting, no podía creerlo, sólo quería saber si Alfred también lo había pasado. En ese momento lo vi en la recepción del hotel, súper feliz, y ahí supe que los dos íbamos a estar en la gala 0, juntos.

Estaba realmente emocionado, había pasado el casting de OT, ahora sólo quería saber si Roi también lo había pasado, entonces lo vi de lejos sonriéndome y supe que los dos lo habíamos pasado. No sé qué me pasó, pero estaba tan feliz que sólo me salió abrazarle, así nos quedamos por mucho rato hasta que Noemí vino a interrumpirnos para hacer el nuevo reparto de habitaciones.

Me sentí muy bien con ese abrazo que me había dado Alfred, sabía que tenía un nuevo amigo y que ya no me iba a sentir tan sólo en la academia.

- Bien chicos, en esta lista está quien duerme con quien en la habitación, no os acostéis muy tarde que mañana os tenéis que levantar temprano para la sesión de fotos.

Me acerque para ver con quien compartía habitación y vi que era con Roi, no podía estar más emocionado.

- Roi que dormimos juntos tio.

- ¿Enserio?, que guay tio vamos ya entonces a la habitación.

Entramos a la habitación y me quedé encandilado, nada más entrar por la puerta nos encontramos con un pasillo, a los lados se encontraban los armarios, al final del pasillo estaba la sala principal de la habitación, esta tenía una cama de matrimonio, dos mesitas de noche y un escritorio con una silla. Enfrente de la cama había una terraza con varios sillones y una mesa y al final de la habitación se encontraba el cuarto de baño.

Finalmente, nos encontrábamos listos para descansar cuando me di cuenta de un detalle, ¿¡Cómo que sólo había una cama de matrimonio!?.

- Esto no me puede estar pasando.

- ¿Alfred, estás bien?, te veo algo nervioso.

- Claro que estoy nervioso por si no te has dado cuenta hay sólo una cama de matrimonio y que yo sepa que no estamos casados.

- Bueno pero eso lo podemos solucionar enseguida.

- QUÉ.

- Era una broma tío, no pasa nada los dos somos hombres, nos habrán dado esta habitación porque no habría más disponibles.

- Bueno aun asi...

- ¿Quieres que te haga un masaje para relajarte?.

- ¡ROI!

- Perdón es que pones una cara muy mona.

- Roiiiiiiiiiiiiiiiii.

- Ya paro, anda vamos a dormir que mañana nos tenemos que levantar muy temprano.

- Bueno si no hay más remedio.

No tuve más remedio que acostarme en la cama y darle la espalda a Roi, estaba muy nervioso, no entendía que me pasaba. De repente sentí un cuerpo pegado a mi espalda y un brazo rodeándome, giré la cabeza y vi los ojos de Roi mirándome intensamente.

- ¿Qué estás haciendo?

- Nada, es que tengo frio.

- Pues tapate con otra manta.

- Prefiero abrazarte.

- Pues yo no lo prefiero, suéltame anda.

- Mmmm, no.

- Eres muy terco, ¿sabías?.

- Me lo han dicho, sí, anda déjame dormir abrazado a ti.

- Está bien, pero sólo por esta noche.

- Siiiiii, buenas noches Alfred.

- Buenas noches Roi.

Después de esa breve conversación me acomodé mejor en sus brazos y me dispuse a dormir, hasta que noté su respiración en mi cuello y me tensé más aún, iba a ser una noche muy larga.