BRAVE 《Ziall》

Capítulo 1

El pánico dominaba cada célula del cuerpo del moreno. Los doctores trataban de calmarlo, pero los gritos del chico clamando por sus padres era lo único que se escuchaban. Los brazos de Zayn se aferraban con fuerza al cuerpo de Louis, quien no dudó en devolverle el abrazo, el morocho estaba asustado, llorando desconsoladamente por recordar cada cosa que vio, como sus hermanas fueron asesinadas por uno de esos malditos engendros. Tomlinson comenzó a susurrar palabras tranquilizantes para calmarlo, los doctores dejaron de luchar al ver que efectivamente estaba logrando su propósito. Las manos del enfermero acariciaban la espalda del menor con cariño, haciéndole saber que tenía a alguien que lo cuidaría. Decidieron darle un momento al pelinegro, ya que su respiración era errática y sin duda pensaba que iban a dañarlo.

—Ya pasó chico, anda tranquilo. Shh... estamos aquí. Nadie va a hacerte daño. —susurró acariciando su cabello.

—¿P-Papá? —y auch, el corazón del enfermero se encogió de sobremanera. Recuerdos que trataba de olvidar comenzaron a llegar a su mente como fuertes golpes contra su rostro. Zayn miró alrededor y se encontró con una mujer vestida con una bata blanca. —¿M-Mamá?

—No chico...—dijo el castaño con dificultad. —Ellos no están.

—P-Pero...

—Sobreviviste a un ataque, necesitas reposar cariño. —los ojos azules de Louis miraron como el moreno negaba repetidas veces mientras que una nueva oleada de lágrimas comenzaba a brotar de sus ojos. —Lo siento...

—No e-ellos me dijeron que i-iban a estar bien...—lloró con fuerza. —Mis padres...—volvió a aferrarse al cuerpo de Louis; ocultándose en su hombro. —Mis hermanas...

(***)

—¿Qué sucede ahora? —gruñó el jefe. Magdalin rodó los ojos.

—Hay uno nuevo sobreviviente, Niall. —continuó siguiéndolo por detrás, pues el rubio no dejaba de caminar rumbo a darse una merecida siesta.

—Eso me alegra Magga, en serio. —la miró directo a los ojos. —Pero ahora lo que quiero es sólo dormir un poco. Puedo darle el recorrido mañana en la mañana.

—No es eso lo que debía decirte...—y la chica se mordió el labio inferior con nervios. Tomó una profunda respiración para calmarse. —Las habitaciones de adolescentes están llenas, tuvimos que... uhm... él va a quedarse en tu cuarto. —Niall escupió el último trago del café que se estaba bebiendo. Tosió descontroladamente, la teniente ni siquiera se acercó a ayudarlo aunque lucía como si se fuera a morir.

—¿Te volviste loca? ¿Quién mierdas decidió eso?

—¿Crees que fui yo, tarado? Recuerda que sólo recibo órdenes.

—Te ordeno que lo saques.

—Órdenes que no son tuyas. Niall entiende, es sólo temporal, no hay ni camas ni espacio para otro adolescente.

—¿Y por qué me lo metieron en mi espacio? ¿Por qué no lo metieron en el cuarto de Harry? El estúpido es más sociable que yo.

—Horan basta. —gruñó ella. —Tiene dieciocho años, pero es como un niño, no te va a causar problemas. Y me largo antes de que me dé un dolor de cabeza contigo. —dijo dándose media vuelta y caminando lejos.

Niall gruñó. Él no era malo, pero su cama, su habitación era el único espacio que podía considerarse como personal; no le gustaba que nadie, ni siquiera Magdalin quien era su mejor amiga, entrara a su cueva. ¿Y ahora se supone que un chico al cual ni siquiera conoce va a quedarse viviendo junto a él? Haría la guerra mañana, ahora ocupaba dormir.