Jueves 14 de Octubre

35 2 0
                                    

Todo empezó en un comun jueves de otoño en la ciudad de San Francisco.

Salí esa mañana de mi departamento en The Castro, y me dirigí a mi auto para ir al trabajo.

Al llegar May me saludó con demasiado entusiasmo, que le habrá pasado que está tan feliz a tan temprana hora.

-Hola Mel, ¿Cómo ha ido tu mañana?- dijo canturreando y casi ronroneando como un gato

-¿Que quieres ahora May?- debo destacar que me he acostado más de una vez con May, lo hace muy bien, pero no tengo animos para sexo mañanero.

-Nada, nada. Solo pense que tal vez.. -y dejó la frase en el aire mientras se acercaba a mí-.. Podríamos ir a los baños y desahogarnos un poco-lo último lo dijo casi mordiendo mi oreja de lo cerca que se encontraba.

-May, no tengo ánimo para esto ahora, solo quiero terminar rápido el trabajo para almorzar, ir a la fiesta y volver a casa.

Entre rabietas y pucheros May volvió a trabajar y me dejó tranquila.

Al parecer terminó gustandole mucho el sexo, es más hay veces que me susurra que soy mejor que su esposo. (si, May tiene esposo, vaya heterosexualidad rogandole a una lesbiana por sexo) .

Tuve que aplazar mi hora de almuerzo y trabajar el doble de lo que debía, por que los estupidos de mis empleados no saben diferenciar entre gasto y ganancia. Debo contratar nuevos empleados, agradezco que tengo a May que me ayuda con el desastre.

Al almorzar May se sentó conmigo. Independiente de todo, ella es la única amiga que tengo en toda la empresa, si puedo llamarla así, me apoya y hablamos a veces de como su esposo es un idiota y cosas así. Normalmente la que siempre habla es May, por mi parte no tengo mucho que contar, mi vida es demasiado monótona. 2 veces a la semana voy a Maud's mi bar favorito, me voy con una chica cualquiera, tenemos sexo y nunca la vuelvo a ver, no es algo necesario de contar.

Al volver a mi oficina me encuentro con una de las chicas de la sección de edición sentada en mi escritorio, no recuerdo haberme revolcado con ella en algun momento.

-¿Que quieres?- le pregunté ya con cansancio, aun tenía papeleo que terminar y sólo queria ir a casa y dormir.

-He escuchado por ahí que t-tienes sexo con mujeres- dijo con la cabeza gacha en un hilo de voz que si no hubiera estado cerca de ella no habría escuchado. -Quiero q-que me toques aunque sea un poco- dijo levantando su cabeza con las mejillas sonrojadas, tan tierna, debe estar necesitada.

-Esta bien, pero lo haré rápido- le respondí, no me haría mal toquetear piel virgen para pasar las frustraciones.

Me acerqué a ella a paso lento y tiré mi chaqueta al suelo, se le veía impaciente, pero al mismo tiempo nerviosa, debe ser la primera vez que alguien la vaya a tocar de esa manera.

Cuando estuve frente a ella, la agarré de sus muslos y la subí al escritorio, sobe sus piernas con las yemas de mis dedos y sentí el como se erizaba su piel con el mínimo roce. Comencé a subir su falda al mismo tiempo que su blusa, una de mis manos fue por su espalda y la otra seguía en su muslo toqueteando por todas partes y rozando su entrepierna sólo para desesperarla un poco.
Desabroche su sostén y fui directo a sus pechos, los masajeé y aprete con un poco de fuerza, podía notar en su rostro que le encantaba que lo hiciera de esa manera. La forma en que mordía sus labios era increíble, todo para no dejar escapar sus gemidos.

-Gime para mi querida- susurre en su oído de forma que solo ella lo escuchara- Pero no tan fuerte, recuerda que tengo a 20 empleados fuera de estas 4 paredes.

Soltó su labio y solo daba fuertes respiraciones y suspiros. Su labio se veía demasiado hinchado, lástima que la hinchazón no era por que la besé con fuerza, pero luego lo fue.
Me apoderé de sus labios de una forma casi carnívora, los mordía y relamía una y otra vez. Mi lengua exploraba su cavidad bucal a fondo y como quería, ella solo se dejaba ser mientras yo seguía masajeando sus pechos y llegaba a sus bragas. Agarré el elástico para bajarlo, me acerqué a su oreja y le dije con la voz más serena que pude:

-Haz esto con alguien a quien ames, no con un revolcón de una sola vez, este es un momento que querrás recordar con alguien especial, no con la chica que es buena para el sexo en la empresa, por que yo no voy por lo serio, busca a alguien que si lo haga.

Avergonzada bajó del escritorio, se arregló la ropa y una pequeña retocada de su maquillaje y dijo:

-Gracias. Por el consejo-dio una sonrisa de conejo y se marchó.

Traté de concentrarme en el trabajo pero seguía dormitando, en un momento casi caigo encima del teclado dormida, hasta que May tocó la puerta y entró.

-¿Para que tocas si sabes que puedes entrar cuando quieras?- le pregunté de una forma un poco ruda, estaba cansada, no justifico mis acciones por el cansancio.

-Por que nunca se sabe si es que entro y no te estas follando a alguna empleada en el escritorio- dijo entre risas, esa situación ha pasado más de una vez, lo bueno es que siempre era May la que entraba y no alguien más, fuera alguien más y ya no tengo trabajo.

-Tienes un punto ahí- le respondí riéndome.

- ¿Y? -me insinuó

-¿Y que cosa?- le pregunté

-¿Quién era la chica que salió de tu oficina hace unos minutos toda avergonzada?- preguntó con entusiasmo, May siempre espera que alguno de mis revolcones se vuelva algo serio.

-En realidad, no lo se, ni siquiera pregunte su nombre, solo era una chica virgen de edición que quería tener sexo.

-¿Y supongo que lo hicieron o no?- siguió preguntando mientras se sentaba en una de los sillones que tengo en la oficina.

-No, no le doy a las vírgenes, por que normalmente esperan que se vuelva en algo serio luego de tener sexo, prefiero que se busquen a alguien.

-¿Entonces para que la tuviste acá tanto tiempo?

-La calenté un poco y le dije que buscara a alguien más- respondí indiferente mientras servía café para ambas.

-Eres malvada con las niñas- dijo tratando de incriminarme por algo- ¿Por que nunca consideras a alguien para algo serio? Digo, eres buen material para cualquiera, lindo cuerpo, lindo rostro, sabes cocinar, tienes tu propio empleo, algo muy dificil de conseguir en estos días, podrías estar con cualquier persona que quieras.

-Podría, pero no quiero- la interrumpí, vendría otra vez su discurso del que tenga pareja, no puedo estar sola toda mi vida bla bla bla- Es algo que no consideraré, al menos no en un futuro cercano, tal vez en uno muy muy lejano.

Antes de que May siguiera con la conversación, le pedi que se retirará a trabajar para yo poder terminar rápido, eran ya las 6pm y la fiesta para el Sr. Moretti es a las 8pm.

Pude terminar todo el papeleo y marcharme de ese lugar antes de las 7pm, es un milagro.
Me dirigí a casa, tomé una ducha y empecé a buscar un atuendo para la fiesta. Al final usé un vestido largo negro, simple, pero formal, es lo que necesitaba.

Tuve que ir a casa de May para poder llegar a la fiesta por que yo no tenía ni idea de donde era el lugar y May ha ido muchas veces al recinto.
Terminamos en un club de golf de lujo, obviamente, al Sr. Moretti le encantan estas cosas.

Al entrar a la fiesta no dudé 2 segundos al dirigirme a la barra del lugar, pedí un martini para empezar la noche, supe que sería una larga noche por que había un escenario y eso implicaba un gran discurso por parte de nuestro querido CEO.

Luego de estar 1 hora en el lugar escape, necesitaba gente de mi estilo, no gente de empresa, iugh. Tomé mis cosas, busque a May para decirle que me iba y me marché.

Al llegar a mi departamento tiré mis tacones por el aire y cambié mi ropa.
Unos jeans, polera ajustada y chaqueta eran mejor que un vestido.

Me quite el excesivo maquillaje que tenía puesto y me dirigí a Maud's a buscar a alguien para pasar la noche, despues de todo aun sigo con las ganas por lo de esta tarde.











Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 05, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

My One-Night GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora