Antes era facil

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La reunión con el nuevo lider de Cicilia habia terminado, el hombre queria que lo acompañara a beber en el bar del hotel, por protocolo acepte; esta reunión se habia extendido mas de cuatro horas pero habiamos llegado a un acuerdo, o mejor dicho, habia terminado por aceptar todas mis condiciones. No me sentia feliz con este trato, la emocion de victoria me habia abandonado ya hace años, el hombre era viejo y su fama le seguia; llego al poder con sobornos y amenazas, el antiguo lider huyo con su familia y estaba vajo la proteccion de Vongola. Asi que tenia que tenerlo bajo amenaza o el maldito moderia la mano que le da de comer. Asi era como hacia las cosas, como Reborn me habia enseñado y me encantaba hacerlo con alfas como el.

Pedi un buen roon y me sente en el sillon que habia cerca, el volvio con su bebida y se sento frente mio. En casa seguramente me esperaban los niños y Reborn.
-me alegra haber podido conocerlo en persona Neo Primo, no muchas personas lo conecen y se podria decir que me siento feliz de ser uno de esos pocos- sus palabras llenas de soberbia me cansaron, el viejo me aburria demasiado. Le di un trago mas a mi bebida y pase a mirar al hombre frente a mi. Tres segundos fue el tiempo que soporto el peso de mi mirada antes de esquivarla y ponerse a hablar con el hombre que tenia a sus espaldas. Volvi a mirar mi bebida y sonrei, ya habia aguantado suficiente.
- me alegro que se sienta feliz Señor Genaro, como sabra Cicilia siempre a pertenecido a Vongola, y si ahora se encuentra al frente es por que lo he permitido, no me decepcione.- lo mire a los ojos para que entendiera su lugar desde el comienzo y le di el ultimo trago a mi bebida.
-no... no lo decepcionare- sus palabras salieron atropeyadas. Espere a que el tambien terminara y se despidio besando mi anillo. Ya solo pedi otra copa mas y camine hasta la ventana para verlo salir del hotel de prisa hasta su coche. Unos pasos me recordaron que no estaba solo. Hayato me habia acompañado y habia permanecido en sinlencio todo el tiempo.
-Primo, ¿quíere cenar aquí o volveremos a la mansión?-
Suspire y termine de un solo trago mi bebida.
-es dia de clases, quiero cenar con los niños- Hayato se adelanto a pagar la cuenta y al volver trajo mi abrigo con el.
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La risa de Lambo y I-pin me llego desde la puerta, Fuuta habia terminado de servir la mesa cuando llegue. Los niños corrieron a abrazarme y terminaro  tirandome al suelo. Acaricie sus cabellos y los oia hablar de su dia en la escuela.
-Tsuna-nii me alegra que llegara para la cena.- mi lindo Fuuta se acerco para que tambien acariciara sus cabellos y lo mimara como a los dos mas pequeños.
  Pregunte por mi tutor y me informaron que habia salido a beber con Coronello.
Todos tomamos aciento y comensamos a cenar. I-pin me hablaba de querer trabajar en un restaurante como camarera. Y Lambo de que ya era mayor y queria que lo enviara a una mision solo. A pesar de que ninguno de ellos habia cambiando no podia sentir la misma paz que sentia antes. Algo faltaba en mi vida, algo que tal vez pudiera llenar el gran vacio que ahora sentia.

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Los niños ya se habian ido a la escuela para cuando me desperte y baje a saludar. Mis guardianes llegaron temprano, y como se habia comvertido en costumbre los invite a tomar el desayuno en el jardin. Tanto Chrome como Ryohei hablaban tranquilos sobre su ultima visita a Varia cuando Takeshi se acerco para hablar conmigo.
-¿como ha estado Hayato jefe?- su voz sonaba cansada y preocupada, y por su rostro pude ver que no habia dormido nada la noche anterior. Mire a mi guardian de la tormenta y pude ver su piel mas palida que nunca.
-frente a nuestros aliados no ha mostrado debilidad, no te preocupes. Si me preguntas como lo vi esta samana diria que ha tenido mejores dias, pero los medicos ya nos habian advertido de los riesgos, si me lo pides adelantare su licencia por maternidad un mes, asi podra descansar adecuadamente-  su exprecion se relajo un poco, este par de tontos habian discutido antes de que Takeshi se fiera a su misión con Squalo. Y yo habia tenido que aguantar al hormonal embarazado ciestionar la fidelidad de su esposo.

- gracias jefe- otra vez me molesto el hecho de que ya no me llamaba por mi nombre como sabia hacerlo en nuestra adolecencia, pero pase por alto otra vez ese detalle y segui bebiendo de mi café.
-Hayato ven un momento por favor- al terminar de llamarlo tanto mi guardian de la lluvia como la tormenta se pusieron nerviosos.
-a sus ordenes Primo- Hayato llego frente a mi como siempre y escucho antentamente mi orden.

Avion de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora