te quiero.

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Hola cariño. Solo quería... Mierda. Está siendo difícil empezar.
Te quiero. No... no sé cuándo pasó, pero te quiero. Eres la persona que más quiero en este mundo. Y seguramente a la que más quiera después deo final.

Me muero cariño. Aquí termino. Pero quiero que sepas, que nunca dejaré de amarte. Siempre lo haré. Y si de verdad hay algo después, prometo protegerte. Porque de verdad que eres lo más preciado que tengo y no quiero que te pase nada, no quiero dejarte sola...
Sé que por mucho que digas que eres perfecta nunca has llegado a creertelo. Pero cielo, es que eres perfecta. Me gustas así. Estás loca, sonríes por todo, lloras por nada, bailas sin pensar en los demás y te sonrojas con una simple mirada mía. Hablas mucho, pero adoro tu voz así que no me importa. Odias tu cuerpo, lo sé, y aquí estoy yo para amarlo por los dos. Cada centímetro, cada curva... Me encantas, yo solía reírme cuando era un crío, pero he crecido, he madurado contigo y ahora lo amo.
Cada caricia que me proporcionas, los momentos con los demás y las miradas que había cuando hablan de que nosotros dos deberíamos estar juntos. Sé que nadie lo sabe. Nadie que pueda perjudicarnos.
Y cuando estamos solos... Recuerdo lo nervioso que me ponía al tenerte cerca, como mis piernas se debilitaban y perdía el control en mi interior, como mi respiración se agitaba, quería tenerte para mí. Quería poder besarte y decirte que te amaba, que en todos los años que llevábamos viviendo había aprendido lo que era el amor junto a tí.
Y hasta esa noche en mi nueva casa en Madrid fue impensable. Estaba nervioso. Quería que fuera especial y yo sabía que te encantaba Peter Pan, algo tenía que hacer con ello.
Todo fue improvisado, cuando viniste a mi habitación y te vi con esa trenza que había intentado hacerte esa mañana pensé: este es tu momento.
¿Qué podía hacer? Y entonces me acordé, un dedal. Necesitabas mi dedal.
Cómo pude me acerqué a ti, literalmente estaba temblando y parecía que mis piernas iban a fallar en cualquier momento.
Pero todo fue perfecto. No me rechazaste, y tus movimientos de principiante solo me hacían querer más, pero no profundicé. Era muy consciente de que ese era tu primer beso y de que seguramente te hubieras puesto igual de nerviosa que yo.
Me sentí satisfecho, habia conseguido lo que quería, o eso creía por qué no sabía muy bien como te sentías tú.
Conociéndote pensarías en ello durante toda la semana... Y solo eso me hace sonreír.
Recuerdo tus manos en mi cuello, casi puedo sentirlas cuando cierro los ojos.
Tus caricias en mi espalda, tus susurros que me hacían estremecer, cuando mordias mi labio y sonreias al verme reir.
También recuerdo tus suspiros pesados cuando me insinuaba, y tus gemidos llenos de lujuria. Tus manos recoriendo mi cuerpo. Recuerdo esos momentos como si hubieran pasado ayer. Era la primera vez que hacía algo así y se que tú también. Me sentía tremendamente nervioso pero muy cómodo, porque sabía que tú eras la indicada.

No te miento si te digo que estoy escribiendo esto con lágrimas en los ojos, me emociona mucho recordar estás cosas. Sé que no volveremos a vivir algo así, por lo menos yo... Y me duele. Me duele porque aqui  estás, saliendo con un chico con cáncer, que sabes que va a morir y que encima no ves...
Te adoro por todo lo que haces por mi, sé que tú crees que no haces nada, pero eres lo que me mantiene en pie. Lo que me ha mantenido hasta el final.
No sé cuánto aguantaré, pero mi médico dice que no más de una o dos semanas. Tampoco sé cuándo leerás esto. No creo que te metas a mí cuenta durante un tiempo... Sé que te va a doler. Sé que me vas a echar de menos. Lo sé, cariño... Yo también voy a hacerlo. Ya lo hago.
Quiero que estés bien... Quédate solo con lo bueno, con lo que vivimos, con los besos y no con las lágrimas.
Me duele todo esto, a veces pienso que la mejor hubiera sido no empezar con lo nuestro, o incluso no haberte conocido. Porque no quiero que te duela esto... No quiero que llores mi niña.
Lo siento tanto... Siento ser así, perdón por estar enfermo y no poder estar a tu lado.
Sé que somos muy pequeños y que muchos ven esto como una tontería, pero eres mi mejor amiga. Eres mi compañera de vida y hablamos todos los días.

Siento también ser tan celoso y haber tenido tantos problemas con ella, Claudia no nos ha hecho bien a nadie.

Quiero besarte. Lo necesito, y son las tres de la mañana y lo único en que puedo pensar es en tus labios.
Me duele el pecho, el cáncer se me ha extendido a los pulmones y casi no puedo respirar.
Me miró al espejo y me sorprendo, ese reflejo no es mio. Mi piel se ha vuelto más clara, cuando siempre he sido muy moreno. Estoy muy delgado, casi anoréxico para lo que solía ser. Mis ojos no tienen vida, se han vuelto oscuros y están sumidos en una pena eterna. Mis labios siguen igual, hinchados por mordermelos tanto.
Me odio. Odio ser así. Y entiendo porque los demás me miran con pena, porque es lo que enseño. Quiero... No. Necesito volver atrás. Un par de años atrás y decirle a mi madre que me miren, que me hagan la prueba antes de que ocurra nada... Y ahora estaría durmiendo para dentro de dos días ir a mí antiguo instituto.

Estoy llorando. Ahora no puedo evitarlo.
Sé feliz cielo, sonríe, vive y no me pienses mucho.
¿Todavía lo haces? ¿Aparezco en tus sueños en la noche? ¿Soy el rey de tus pensamientos en el día, como me dijiste?

Te echaré muchísimo de menos... No quiero irme. Sé que mañana vendrás a visitarme, me verás y me besaras. Y ese será nuestro último encuentro.

Tengo un nudo en la garganta.

Estaré bien. Te lo prometo.

Te amo pequeña.









Sábado, 13 de enero de 2018. 3:47 a.m.

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⏰ Última actualización: Jan 14, 2019 ⏰

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