Der Doppelgänger

El Doble

Rastros de lluvia se podían observar en las casas y baldosas de aquel callejón. Lo único que se escuchaba eran los pasos que Schubert daba con cierto temor.

—¿Donde se supone que estoy? — Dijo mientras observaba cada detalle a su alrededor.

Todo le parecía familiar por alguna razón que desconocía.

Se acercaba al final del callejón y sus ojos reflejaron una imagen que entrecortó su respiración.

Como un reflejo, un doble

¿O el era el doble?

Su vida pasada, Franz Schubert lloraba frente a una tumba, en ella se leía...

Ludwig Van Beethoven

Contempló la escena en silencio mientras recuerdos fugaces pasaban por su mente.

El amor, la soledad, el dolor de la enfermedad y el inevitable destino final.

—Otra vez...te pierdo...— Balbuceó derrumbándose en lágrimas.

Como si hubiera escuchado, el otro Franz volteó mientras la ilusión se desvanecía.

Las mismas lágrimas, los mismos ojos, el mismo sentimiento.

—Schubert...Schubert.

Sentía la voz de alguien llamando y como una brisa cálida lo envolvía.

Abrió los ojos.

Tarde soleada, jardín, Otowakan...y el hombre que tanto amaba, parado frente a él.

—Por supuesto, todo fue un sueño — Dijo a si mismo, volteando a sus lados para notar que efectivamente estaba sentado en el jardín.

—Schubert, despierta de una ve — Ludwig ablandó su expresión. —¿Tuviste un mal sueño?

—¿Por que lo dice?

No tardó en darse cuenta el motivo de la pregunta. Las lágrimas se hicieron notar solo que esta ocasión juntó fuerzas y las limpió rápidamente.

Beethoven no era el mejor lidiando con este tipo de situaciones, unas palmaditas en el hombro y dio por su tarea completada.

El otro rió avergonzado y mientras se ponía de pie, dejó atrás todo el pesar que aquel sueño trajo del pasado.