Ojos desnudos ➼ NamJin

; Desearía ser especial.

Siempre se ha dicho que existe un roto para un descosido, que los polos opuestos suelen atraerse, que todos tenemos ahí afuera un alma gemela con la cual pasaremos el resto de nuestra vida pero ¿También lo es para las personas con discapacidades? ó ¿Para las personas con algún defecto mental o físico? Si bien, nunca nadie se ha preguntado que si las personas con discapacidad encuentran una pareja para compartir un amor puro o aquellas que sufren de alguna diferencia física en su cuerpo o con algún problema psicológico pueden llegar a ser completamente felices como cualquier ser humano "normal" del planeta.

¿Qué persona normal ha tenido a una persona "diferente" como pareja? La respuesta es fácil: nadie, y no es que uno llegue a sentirse culpable por ello, sino que el factor común en todo el mundo es la lógica de los pares. La lógica de pares es aquella que por obligación de nuestro subconsciente nos hace juntarnos con alguien parecido a nosotros ya sea de un mismo nivel socioeconómico, con los mismos hobbies, con las mismas historias, con la misma profesión, con las mismas visiones entre otras más.

El problema es que el amor en las personas con discapacidad o personas diferentes no es lo más común: ni hombre, ni mujeres "normales" tienen a las personas diferentes dentro del sueño llamado príncipe azul y eso Kim Seokjin lo tiene más que claro.

Kim Seokjin es un joven de 25 años, cuyo padre falleció debido a cumplir su labor como policía, una bala se había robado su vida y con ello dejando viuda a una mujer con dos hijos. Su madre, una enfermera con el corazón tan puro y altruista se convirtió en viuda y madre soltera de dos varones. Kim Yoongi es hermano de Seokjin, cinco años son los que hacen diferencia uno del otro, también unos cuantos centímetros anexando que sus personalidades eran muy distintas.

Jin tenía 10 años cuando su desgracia ocurrió, en ese entonces su padre cumplía al menos seis meses de haber partido de la tierra, su madre mientras doblaba turnos en el hospital para poder costear los gastos de algunas deudas y poder pagar las colegiaturas de sus hijos —jamás pensó que vendrían más desgracias—, había dejado a cargo al mayor de ambos, nunca fue una tarea complicada ya que el menor de los hermanos era un niño bastante tranquilo y respetuoso.

Ese día, ambos hermanos habían decidido jugar un poco de videojuegos y comer algo de lo que su madre les dejaba preparado, sim embargo esa noche no termino como ellos esperaban.

Ellos habían ido a dormir temprano para poder despertar con tiempo y lograr ver a su madre antes de partir a la escuela pero nunca pasó por la mente de ambos que los enchufes desgastados de la televisión y la consola de videojuegos harían un corto circuito provocando una chispa que dio paso a un conato de incendio y no le tomó mucho tiempo para convertirse en un incendio parcial. Yoongi dormía plácidamente en la parte superior de la litera, pronto un olor poco común invadió las fosas nasales de Jin quien tenía un sueño poco pesado, se dispuso a bajar aún adormilado por las escaleras, las altas temperaturas provocadas por una alta llamarada de fuego hizo que tan pronto abriera los ojos para quedarse por segundos estático ante la escena, aquellas llamas se llevaban todo lo que tenían a su paso, Jin enseguida subió corriendo como pudo, trató de llamar a su hermano pero no respondía al sueño profundo, el humo obscuro y tóxico comenzó a invadir el segundo nivel de la casa y con ello la desesperación de Jin incrementaba, no tuvo de otra que envolver a su pequeño hermano entre sábanas pero ya era tarde, las llamas habían llegado al segundo nivel.

—H-hyung ¿qué pasa? —El pelinegro despertó debido al movimiento tan brusco y repentino de su hermano mayor al tomarlo por los brazos.

—¡Cierra los ojos! —Gritó Jin mientras envolvía con lo que podía a su hermano, sus lágrimas y desesperación no le ayudaban mucho, al final Yoongi no resopló y se abrazó como pudo al mayor.