Desconocido

Capítulo 2. "Estoy deseando terriblemente enterarme en su piel"

Le indiqué en donde se encontraba el baño de invitados y dejé todo lo necesario para que se duchara, él agradeció y yo solo me limité a asentir con la cabeza. No sé qué me pasaba con aquel hombre, no tenía idea de porqué su presencia me ponía nerviosa y no era de una manera aterradora, todo lo contrario.

Quizás es el hecho de que es jodidamente hermoso y sensual, había conocido muchos chicos guapos a lo largo de mi vida, pero Justin era diferente.

Fui directamente a la habitación de huéspedes, abrí la puerta y entré, todo se encontraba a oscuras como solía estar siempre, excepto cuando mi hermano me visitaba o se quedaba alguna amiga. Encendí la luz dejando ver claramente toda la habitación, me dirigí hacia el armario y lo abrí dejando ver algunas prendas.

No había muchas opciones para elegir y no estaba segura de que hubiese ropa interior, suspiré y rebusqué las pocas prendas que estaban allí. Me decidí por unos pantalones de chándal, una camisa negra sin ningún estampado y unos tenis Nike junto con los calcetines.

Solo habían dos bóxers, uno holgado y el otro era un slip, mordí mi labio y tomé ambos en mis manos, los observé detenidamente unos segundos e intencionalmente elegí el slip de color rojo, eran unos Calvin Klein. Cerré la puerta del armario, cogí la ropa y salí de la habitación dirigiéndome nuevamente al baño.

Gracias hermanito por dejar esos bóxers.

Escuché el agua artificial de la ducha, la puerta estaba cerrada y me di una cachetada mental. ¿Por qué razón la dejaría abierta? Es obvio que necesita privacidad. Suspiré cerrando mis ojos unos segundos imaginando cómo se vería desnudo, sacudí mi cabeza alejando todos esos incoherentes pensamientos y volví a la sala de estar aún teniendo en mano la ropa.

Mi cabeza estaba concentrada en aquel hombre desconocido para mí, aunque ya sabía su nombre y aún así no me bastaba, quería saber todo de él, quería conocerlo, quería tener una maldita aventura con él. Ya estoy volviéndome jodidamente loca, si... definitivamente sí lo estoy.

Eché mi cabeza hacia atrás recargando el peso de esta en el espaldar del sillón, traté de pensar en otra cosa que no fuesen aquellos ojos mieles penetrantes. Escuché unos truenos y relámpagos, pero ni siquiera me inmuté al escuchar esos ruidos, estaba demasiada ida.

Una presencia hizo que dejase a un lado mis pensamientos, agaché un poco mi cabeza y mis ojos lo examinaron de arriba abajo, con una lentitud inigualable. Su cuerpo estaba cubierto por una toalla envuelta en su cadera cubriendo muy poco, tragué en seco.

Él estaba desnudo apenas cubierto, gotas de agua bajaban por su bronceada y sexy piel, sus abdominales estaban muy bien formados, el cabello estaba de puntas por lo mojado que está y sus labios se veían aún más besables, lo recorrí una vez más con la mirada queriendo comérmelo ahí mismo.

Sentí como, inconscientemente, mis pezones se endurecieron a través de la tela mi blusa, aún seguía mirándole estúpidamente. Solo faltaba que estuviese babeando, sería lo último.

Carraspeó su garganta y rompió el incómodo silencio o mejor dicho el tenso ambiente que se había formado en nuestro alrededor.

—Uhmm bueno —lamió sus labios. No hagas eso, creo que lo está haciendo a propósito, estoy segura. —Ya terminé de ducharme, la ropa que me vas a prestar... es esa, ¿no? —señaló mi regazo con las prendas encima de éste.

—Oh sí. Disculpa estabas en el baño y no quería entrar así por así —sonreí tímidamente. —Aquí tienes, espero que sea de tu gusto y te sientas cómodo.

Me levanté de un pequeño salto estirando mi mano y entregándole la ropa, al hacerlo nuestros dedos se rozaron y sentí una descarga eléctrica desde mi cuello hasta mi centro. Oh Dios, esto no podía ser más vergonzoso y yo no podía estar más roja de lo que ya estaba.