Por siempre y para siempre

Pensando

Este es un fic creado por mi autoría pero los personajes son propiedad de Nickelodeon y de su creador Creig B.

Este Fic también esta dedicado a Liz Guadalupe, como mi amiga secreta.

En una ciudad llamada Willwood hay un mundo de historias y muchas están conectadas con un chico con una cabeza de forma un tanto peculiar. Pero esta historia no se trata principalmente de ese joven que ya no están joven, sino de un señor ya entrado en años, un señor de raíces asiática, ya con unos mechones de pata a lo lado de sus oreja indicando que vejes apenas empieza, pero la vejes no es lo que le preocupa a este señor sino otro asunto uno no tan simple ni tan complicado.

-Mmmm!- el señor de ascendencia asiática musitaba mientras paseaba en círculos en su habitación que se encontraba en el segundo piso de una casa de huéspedes conocida por muchos como sunset arms

-no se me ocurre nada!- atosigaba su mente una y otra vez, caminaba con desesperación en su habitación como si se tratase de un tigre enjaulado.

-¿Qué sucede Hyunh?- una voz ronca y raposa saco al señor que aparentemente responde el nombre Hyunh

-Kokoshka quien le dio permiso de entrar a mi alcoba- responde el señor Hyunh con una cara de pocos amigos.

-no he entrado a su habitación, señor Hyunh estoy afuera todavía, fue usted quien dejo la puerta abierta!- respondió el señor Kokoshka alzando los hombros quitando le importancia al echo que le avían alzado la voz y levantado un falso enfrente de el

-ohh! Lo siento señor Kokoshka no me fije le pido un disculpa- se disculpo amablemente el señor Hyunh una vez viendo su error.

-descuide señor Hyunh, pero ¿qué es lo que le preocupa? se ve todo alterado, eso le hará daño a su salud- dice el señor Kokoshka riéndose levemente

-si ya sé, pero es que no se qué hacer y estoy un poco inquieto eso es todo!- el señor Hyunh mas resignado que nada se deja caer en su sillón y suelta un suspiro.

-vaya si que parece un gran problema señor, que sucede tiene un problema con su hija o algo?, acaso ese yerno suyo le está causando problemas?- comenta el señor Kokoshka mientras se recarga cómodamente en el marco de la puerta de la habitación del señor Hyunh

-no para nada el esposo de May es un buen hombre, es trabajador y muy honrado, de no ser así nunca hubiera dejado que se casara con mi hija- desmiente la apresurada conclusión del señor Kokoshka

-entonces que lo aflige tanto?- le curiosidad del señor Kokoshka solo aumenta

-es Arnold!- confiesa la razón de su intranquilidad el afligido señor Hyunh

-¿qué pasa con él? Acaso ¿le debe dinero o algo?- la repuesta del señor Hyunh es poco explicativa así que Kokoshka nuevamente ideo otra conclusión apresurada

- no todo son como tu Kokoshka que le debe a medio mundo- el señor Hyunh se para de su sillón y camina hacia la venta, al lado de ella tiene una mesita con una fotografía de su hija.

-lo que me refiero es que no se que regalarle a Arnold en su boda- sentencia es señor Hyunh recargando su antebrazo en el alfeizar de la ventana mirando a algún punto en el infinito

-aaa, solo eso pensé que sería más importante- con un poco de decepción al saber que lo que acongojaba a su vecino era, según el poca cosa.

-claro que es importante- se voltea y mira con cierto enojo a al señor Kokoshka

-está bien, está bien no lo tome tan apecho, sé que es importante pero estamos hablando de Arnold usted y yo lo conocemos desde que era un jovencito, cualquier cosas que le dé él le va a gustar, o es que acaso está pensado que no le guste a su prometida, jejeje- el señor Kokoshka recuerda momentáneamente a la prometida de Arnold -es cierto se nota que es un chica de carácter fuerte jejeje- se ríe el señor Kokoshka con una risa de traviesa de viejo

- no es por eso de hecho también lo pienso mucho por su prometida- el señor Hyunh vuelve a dar vuelta para estar de frente a la ventana otra vez, para dar un mirada melancólica al cielo azul.

-bueno se supone que en la bodas se suele regalar algo que les sirva para su vida de casados, ¿porque no una licuadora o un microondas?- trata de darle una solución sencilla a lo que acongoja al señor Hyunh.

-si lo pensé pero quiero que sea algo mas especial, no algo que todo mundo regale, le debo mucho a esos dos- el señor Hyunh mira a su mesita y ve la foto de su hija y la toma para poder apreciarla mejor

-¿A los dos?- el señor Kokoshka le extraña el comentario del señor Hyunh – o entiendo de Arnold pero de su ¿novia?-

-si, así es- dice el señor Hyunh recordando viejos momentos- cuando fue la boda de May obviamente Arnold estaba invitado, y claro llevo a su novia, cuando la vio, May se emociono mucho, y me dijo que ella fue la que la encontró y la llevo hasta la casa de huéspedes es fría noche de navidad- en el rostro del señor Hyunh se podía ver un sonrisa sincera- ellos dos me devolvieron a mi hija Kokoshka, no podía estar más agradecido, por eso quiero que mi regalo sea un tanto más especial-

-o valla no savia eso, esa chica aunque parece muy gruñona es de buen corazón- dice Kokoshka mientras se rasca la barbilla pensando en que tal vez esa jovencita no es solo un rostro enojado

-si no lo fuera, créeme que Arnold no se casaría con ella- poniendo la foto en su lugar el señor Hyunh se acerca al señor Kokoshka y le menciona- ahora entiendes porque estoy tan pensativo-

-de acuerdo, entonces que tienes pensado- Kokoshka presiona en la llaga que el señor Hyunh había olvidado.

-¡nada!, no se me ocurre nada y no sé qué hacer- la desesperación volvo a crecer dentro del señor Hyunh

-¿por qué no les preguntas a las personas, que cosas le piensan regalar? y se puede dar una idea de lo que podría regalar usted- comenta Kokoshka como si nada

-como crees que... - dice Hyunh pero su frase es interrumpida al analizar que la idea no están descabellada – no es una mala idea, es más, es un buen inicio, gracias Kokoshka, iré preguntar le a los demás ahora mismo- entonces más pronto que temprano el señor Hyunh salió disparado hacia afuera de su habitación cerrando la puerta tras de sí y yendo escaleras abajo

-ya sabía yo que era un genio y eso que solo me tarde 3 años extras en acabar la primaria- comenta para sí mismo el señor Kokoshka mientras regresa a su habitación