Capitulo unico

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Si me preguntaran sinceramente que es lo que más amo de Harry respondería:

-Su pene.

Sí, enserio respondería eso. ¿Acaso no lo han visto cuando está en plena erección? ¡Es un verdadero monumento a los penes! A la hermosura de los genitales masculinos.

Mucha gente diría: "¡Ay! pero chica más superficial y caliente" Pero es así.

Claro que en un principio, en los años escolares, solo sentía por él una hermosa y bella amistad. El decir que nunca lo mire con otros ojos sería una total mentira. Luego claro, estuve con Ron; lo pase bien, me trato bien, me divertí (de múltiples maneras como imaginaran). Pero me faltaba algo... Amor por él quizás, por nuestra relación o por mí misma.

Corte por lo sano y le di fin a la relación. Salí con otros chicos pero nada serio, y justo al tiempo en que sucedía esto me entere de que las cosas entre Harry y Ginny no iban del todo bien. En ese instante me dio tristeza saber eso, pero luego fui tomando real conciencia, recordé todos esos pensamientos de años en que me planteaba a Harry como un objetivo y me pregunte: ¿Y si Harry siempre fue el indicado?

Cometí un acto que se que no tiene perdón, pero debido a lo que estaba ocurriendo era lo mejor. Me metí al medio de su relación.

-Harry, se que has estado mal con Ginny ¿Quieres conversar?

-Mmm... No lo se Herm, quizás deba estar solo, pensar.

-Por favor Harry, es mejor que expreses lo que estas sintiendo en vez de guardártelo.

-Está bien, iré a verte a tu casa esta noche.

-Te espero.

Y comenzó la preparación, ropa sexy y mucho pero mucho alcohol. Cuando llego, quedo boquiabierto al verme.

-Te ves guapísima Herm.

-Gracias Harry, adelante, pasa.

Hablamos y hablamos, aunque más bien solo él hablaba, yo solo lo escuchaba o por lo menos intentaba de tomarle algo de atención. Mi mente estaba alerta para cuando llegara la hora de la seducción, no para escuchar corazones rotos. Mientras este hablaba, seguía llenando su copa y el alcohol provocaba que sus reacciones fueran cada vez más torpes y engorrosas.

Cuando encontré que era el momento preciso para actuar, comencé a tocarlo; su rostro, enredando mis dedos por su cabello, bajando por su cuello, pecho, abdomen, hasta de poco llegar a su ingle. Harry ya no hablaba, solo se dejaba llevar o eso supongo, porque se notaba que intentaba gesticular algo.

Sin una gota de pudor, toque toda su entrepierna, lo manoseé hasta que sentí como poco a poco crecía hacia mí.

Al saber que estaba listo, me dispuse a besarlo mientras que con mis maestras manos comencé a desabrochar su pantalón, bajar su ropa interior y liberar tal miembro dispuesto a mí. Por un segundo mire hacia abajo y me lleve la sorpresa de ver un gran pene, el más grande y hermoso genital masculino que haya visto en mi vida. ¿Amor a primera vista? Pero por supuesto.

-¿Qué haces?- Me dijo torpemente.

-Amarte, y darte algo que lo más seguro es que Ginny nunca te ha dado.

Y me puse manos a la obra (literalmente). Mis manos, mi boca, mi lengua le hicieron un "trabajo especial" a tal obra de la naturaleza. Y claro que fue bien hecha por todas las veces en que Harry se venía.

Terminado esto, mi ansiosa y ya húmeda entrepierna no podía esperar más su turno, montándome sobre él para probar aquel fruto del éxtasis y la lujuria.

Cerca de las 4 am el cansancio no pudo más, donde caímos rendidos a los brazos de Morfeo.

Siendo las 12 del mediodía me encuentro sola en la cama, Harry había desaparecido, aunque no me alarmo en lo más absoluto y no le di mayor importancia.

Al cabo de unos días me entere de que Harry había terminado con Ginny.

Sonó el timbre ese mismo día por la noche. Fui a abrir la puerta y ahí estaba él.

-Recuerdo muy poco de lo que paso contigo hace algunas noches, pero aun así quiero repetirlo, aunque plenamente consciente.

-Claro pasa.

Y volvió a pasar la historia y no solo esa noche, sino todas las que siguieron hasta hoy en día.

Fue ahí que comprendí que yo no necesitaba del todo al amor, sino que necesitaba sexo. Pero uno pleno, del cual cada vez que sucediera quedara realmente conforme.

Bueno, amo a Harry y sé que el también a mí; pero regresando a la reflexión inicial, lo que más amo de Harry no es su forma de ser, su entrega de afecto o su cuerpo en general, es mucho más especifico. Es su pene de lo cual me enamore y no tengo vergüenza en reconocerlo.

Ahora estamos con planes de boda y mientras él intenta de no perder la cabeza con la organizadora sobre los detalles de la ceremonia, yo estoy pensando en cómo ese pantalón que trae puesto marca su esplendoroso miembro, buscando el modo de acercarme a él para hacerlo por siempre y para siempre mío.

No solo de amor vive una mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora