La juventud duele, no solo yo lo siento, pero es tan perfecto el dolor, que me hace pensar que solo es mío.
Pierdo mi mente, pensando en las opiniones, en la oscuridad que crece, en lo rotas que mis pupilas parecen, en las ojeras que temo no desaparezcan.
Pero sigo de pie, soy un soldado,
desarmado.He perdido, pero sigo intentando, aunque los prejuicios siguen disparando.
He caído, pero me he levantado, y las balas pasan a mi alrededor, en una profunda niebla que no se pierde cuando mis piernas tiemblan.