Capítulo 27

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Narra ______

Era inaceptable; no, era mucho más que eso. Tenía una rabia acumulada en mí y tenía que sacarla antes de que cometiera una locura. No puede ni siquiera decirle algo a Jade. No podía, no quería, no debía. Sabia necesitaba un desahogo y me dirigí a casa de Cassandra. No pensé solo actué.
Al llegar toque la puerta, parecía un zombi con el maquillaje corrido y casi sin la capacidad de mantenerme de pie por más de 5 segundos. Abrió la puerta y su sonrisa que hacía unos momentos traía desapareció instintivamente al ver mi rostro
—¡______! ¿Qué te paso?—dijo mientras me ayudaba a caminar, parecía que hubiera tenido un accidente a pesar de que no era así
—Cassandra, me quiero morir—sollocé
—Mujer, dime de una vez. Me tienes preocupada—me sentó en el sofá
—Cassandra...— de nuevo un nudo se formó en mi garganta— Mátame, ¿Quieres?
— ¡_____ Smith!, no seas inmadura—me reprendió— habla para que pueda ayudarte
—Jade…
— ¿Qué?
—Fui a caminar a un parque, la vi… no iba sola… estaba con A… Alice—confesé con dificultad mientras sentía como mi corazón se hacía pequeñito. Escuche que exclamo un: “Dios”. Suspire— y eso no es lo peor—dije casi inaudible—Jadr…—voltee un poco mi cara donde aún conservaba un ligero color morado, había resanado lo suficiente pero no del todo. Ella tapo con ambas manos su boca
— ¡JADE TE GOLPEO!—soltó a los cuatro vientos
— ¡¿Qué Jade, que?!—escuché a lo lejos a Chris quien bajaba por las escaleras
—Nada—susurré ocultando mi rostro. El llego a donde estábamos y con su mano tomo mi mentón y volteo bruscamente mi cara, la miro detalladamente
— ¡Maldita infeliz!—grito con histeria— ¡Me las paga!
— ¡Chris!—reprendió Cassandra
—Nada, amor. Esa desgraciada hija de put* golpeo a mi hermanita—empuño sus manos— Ojala tenga a la mano el numero de un buen hospital—me levante
—No le vayas a hacer daño, Chris. Sabes que no puedes. ¡Yo la amo!
— ¡Claro que puedo! Sabía que no debías casarte con ella—saco sus llaves y se dirigió a la puerta
— ¿A dónde vas?—pregunte
—Pecado por pecado, _____
— ¿De qué hablas?
—Le puedo pasar todo, menos que te haga daño. Si ella te golpeo, quiero dejarle en claro que tienes quien te defienda—salió de inmediato previendo que lo detendría, corrí detrás de él pero el carro ya se había ido
— ¡Cassandra! Vamos, la matara
—No tengo auto, _____. Esta en mantenimiento
—Mierd*, no. La casa de Charlie queda de aquí a una calle. Se lo pediré prestado—Salí de la casa, corriendo velozmente, me pude ganar un trofeo de esa forma, olvide por completo a Alice. Mi prioridad era Jade. Llegué y abrí. Busqué con la mirada y llamé un par de veces
— ¡Charlie!—bajo lentamente las escaleras
— ¿Qué pasa?—dijo bostezando, al parecer acababa de levantarse
—Tu auto, préstamelo
— ¿Por qué?
—Christian ira a matar a Jade—dije preocupada
— ¿Y ahora que hizo? —su tono de voz aun se conservaba pacifico
—No quiero ni recordar, solo dame tu auto—saco las llaves de su bolso del pantalón y literalmente se las arranque de la mano

Narra Jade

Tocaron el timbre de la entrada, espero que no sea Alice porque no quiero acabar en la cárcel ahora. Abrí la puerta pero ya no pude ver a quien recibía porque sentí un fuerte golpe en la cara. Caí inestable al suelo y con dificultad mire quien era el remitente del ataque, Christian Beadles.
¿Pero qué hacia el aquí? Y una mejor pregunta sería ¿Por qué me golpeo?
— ¡Eres una desgraciada!—me golpeo de nuevo y me levante
— ¿¡Qué diablos dices?!—pregunte exaltada
—Golpeaste a mi hermanita; a ______. —ella tal vez fue con el chisme. ¿Pero un mes después? Tal vez el verme con Alice fue la gota que derramo el vaso. Pero nunca fue mi intención, ahora este loco ah venido a matarme
—Yo no quise… Fue… NO PENSE—me golpeo de nuevo
— ¡A ver, Jade! ¡Golpéame!—y así lo hice, fue tan fuerte que de su nariz comenzó a derramar sangre pero el comenzó a carcajearse lo que me puso más furiosa— ¡Hija de pu*ta!—me golpeo más fuerte y se encimo en mi para golpearme una y otra vez.
Cada golpe me debilitaba. Tal vez si moriría hoy.
Me daba puñetazos y patadas donde sacaba todo lo que en años se guardo. Me tenía bien merecidos esos golpes y lo sabía. Golpee a mi princesa y ella tal vez piense que la engaño.
“Dios, mándame a un ángel y evita que muera”—pedí al cielo. Escuche un auto aparcar en la acera acto seguido por unos apresurados pasos
— ¡Christian Beadles!—grito esa inconfundible voz— Déjala
— ¿Enserio, _____? ¿Aun la defiendes?—me golpeo nuevamente en el abdomen donde saque las sobras del aire que contenían
— ¡DÉJALA! ¡LA MATARAS!—grito más desesperada intentándolo apartar de mi
—Ella te golpeo. _____, te defiendo porque te quiero
—Y lo valoro; pero déjala—comenzó a llorar. Amaría poder estar en condiciones estables para alejar cualquier cosa que la atormentase
— ¿Por qué, ____? ¿Por qué quieres que esta miserable siga con vida?—pregunto dejando de golpearme para verla, yo también débilmente la vi
—Solo… detente—susurró casi inaudible
—Odio que hagas esto. Te lastimas…—se levanto y me pateo— Y lo que más odio es que a pesar de todo aun la ames…—escuche como se retiro, cerro bruscamente la puerta de su auto y se marcho…
Pero a pesar del dolor pude recordar: “Y lo que más odio es que a pesar de todo aun la ames…”

Ella me ama.
Por un momento creí estar sola cuando escuche una dificultosa respiración seguida de gemidos y sollozos. Ella estaba sufriendo por mí.
Tomé la poca fuerza que aun me quedaba y me arrastre hasta ella, quien estaba sentada a una muy corta distancia. Me levante mientras jadeaba de dolor, y coloqué mi cabeza en su hombro…

La Niñera 2 TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora