cap 35 *Bienvenido a tu nuevo hogar*

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*Cris*

Un día de reposo había pasado, a mi lado estaba el pequeño Edward en una incubadora neonatal, es una incubadora para bebés prematuros o recién nacidos la cual crea un ambiente humedad y temperatura adecuadas.

Se veía tan pequeño y rosado aun. Se parece mucho a Harry, eso es tierno. Hablando de Harry… Estuvo toda la noche al cuidado mío y de Edward, claro. Va a ser un gran padre, lo sé.

Carly también estaba conmigo, cuidándome exageradamente. No estaba débil después del parto ni nada… fue algo sencillo. Hoy era una mañana hermosa en la cual quería estar en la mansión cuidando de mi hijo… Bueno ellos, ya que Harry, Carly, Liam y Niall perdieron la apuesta les tocará un mes de cambiar pañales e insomnio crónico.

Cris: YA QUIERO IRMEEE!!!

Harry: descuida, amor. Debo hacer un papeleo y nos vamos con Edward! –dijo emocionado-

Carly: -medio dormida- Edward…

Cris: mírala, se ha quedado dormida, otra vez…

Harry. Ha estado cuidándote a ti y al bebé. Cada vez que Ed lloraba, ella iba a calmarlo por ejemplo.

Cris: que tierno… le tocara seguir con esto durante un mes.

Harry: Bueno, no estará sola, todos ayudaremos a cuidar a Eddie.

*Enfermera entra en la habitación*

Enfermera: Señorita necesito que su novio firme y podrán irse.

Harry. Bien ya estoy firmando. –tomo un bolígrafo y comenzó a firmar-

Cris: Eddie, nos iremos a casa con tus tíos y tus padres.

El pequeño solo bostezo un poco y ladeo su cabecita. Era muy tierno, no dejaré de decir eso. Mi hijo es hermoso.

Harry movió un poco a Carly para despertarla, está casi se cae de la silla en donde dormía. Tomo el bolso con las cosas de Eddie y se fue a la sala de espera junto con los chicos.

La enfermera me ayudo a vestirme. Un cómodo vestido manga larga de color azul oscuro, con escote en “V” no era pronunciado. El vestido llegaba arriba de la rodilla y tenía un lazo delgado en la zona de la cintura. Unas zapatillas negra y lista.

Harry me llevaba de la mano, aun debía tener cuidado, aunque él exageraba un poco. Llevábamos a Edward en una cesta especial para bebés, asegurado por un cinturón no muy apretado, pero sí que lo tuviera asegurado.

Al salir de la habitación de la clínica los chicos nos esperaban ansiosos. Se tiraron, no literal, encima de mí y del bebé

Niall: aww que no es tierno mi sobrinito!

Suerte DirectionerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora