Alex

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Alexandra estaba en un lugar jugando al pool con una amiga terrícola, Camila se llamaba la chica de cabellos rojos, se divertían mucho, mas que nada Alex, ya que hacia trampa, utilizando sus dones. A pesar de que estaba prohibido, ¿quien lo notaria?

El único que podría darse cuenta era un hombre de aproximadamente cincuenta años, delgado y canoso, avejentado para su edad, que no hacia otra cosa que ir y venir buscando errores en el lugar.

Luego de un rato de juegos y trampas, Camila, desapareció. Alex se había ido a buscar una bola de pool que se había caído para luego romperse, no trato de juntar los pedazos, ni siquiera se hagacho, tenia una mejor idea, molestar al oso de la casa.

Busco la miel que había por montones en una heladera colorida y la coloco justo debajo de donde debía haber una trampa no quería lastimarlo, solo molestarlo, fue donde el oso y comenzó con la tortura hacia el animal.

-¡Oye tu!- Le grito, el enorme animal la miro de mala manera, no estaba invernando, claro esta, pero se estaba preparando para hacerlo y no quería que lo molesten. Alex comenzó haciendole cosquillas a un costado del muslo, increiblemente fue suficiente para el oso, se levanto mientras lanzaba carcajadas y tomo posición de ataque no sin antes limpiarse las lágrimas de la risa. Alex comenzó a correr hacia la miel, cuando el oso llego, ya no parecía enojado, se detuvo en ella y comenzó a lamer.

Por alguna razón el oso termino casi pelado, al darse cuenta comenzó a perseguir a Alex, ella al recordar que no había puesto la trampa salio corriendo, antes de llegar a la salida y saltar la cerca, alex pudo ver como los dueños de la casa se metían en tazas que estaban en cajones que se cerraban solos, al salir del lugar no pudo ver mas al oso, pero escuchaba el desorden que causaba dentro de la casa.

-¡AUXILIO! ¡UN TIGRE, UN TIGRE!- Escucho que gritaban detrás suyo, al darse vuelta vio a una niña de unos ocho años, montada en su bicicleta naranja con rueditas de apoyo. Entre el alto pastizal alex no logro ver nada, hasta que se asomo una cabeza con franjas anaranjadas y blancas, o ¿Anaranjadas y negras? O ¿Negras y blancas? Ah no, ese es otro animal. Tomo a la niña del brazo dejando la bicicleta atrás, pero al darse vuelta no estaba el tigre ni la bicicleta naranja, pero si se podía ver la cabeza del oso, muy enfadado estaba.

Alex se apresuro y a mitad de cuadra cruzo de calle corrió un poco mas hasta que se topo con un chico guapo de su edad, blanco de pelo castaño y ojos marrones.

-¿Que haces?- Le dice a la niña que iba andando feliz en su bicicleta naranja con rueditas de apoyo.

La niña levanto los hombros- No se- Dijo y comenzó a andar pasando por a un lado del hermano, o primo. Alex no estaba segura de si siquiera eran familiares.

-Niños- Dijo un hombre delgado y viejo, muy parecido al quisquilloso de hace rato.- ¿Quieren miel?

-Claro- Dijo el chico, cuando la estaba por agarrar alex puso su mano sobre el brazo del chico.

-Este tipo te quiere engañar, en una de esas casas de mas atrás hay un oso enojado, si te huele con la miel no te va a dejar en paz- Alex saco su mano y el chico bajo la suya, el hombre/vendedor se fue frustrado mientras el comenzó a caminar en la dirección que la niña había tomado, Alex lo comenzó a seguir, al doblar en la esquina vieron a la niña que iba delante de ellos, el chico iba hablando de pero Alex no le escuchaba.

-Entonces- Dijo ella- ¿Sos gay?- Pregunto con las emociones encontradas, no sabia si emocionarse o entristecer.

-Sep- Dijo el chico, Alex decidió emocionarse tomándole del brazo.

-Amiguis- Dijo en tono agudo, el chico sonrió sonrojado. Pasaron por varias casas hermosas, pero parecían mal armadas gráficamente. Al llegar a una, antes de mitad de cuadra, el chico dejo pasar a Alex primero.

Caminando y sin entrar a la casa llegaron al patio viendo la reunión de familiares inmensa, admirando a la niña de antes y notando como ahora había dos de ellas, cada una con su bicicleta anaranjada y rueditas de apoyo.

-Mira, esa escalera es para ir a la casa de el arbol- Dijo el chico señalando una escalera caracol que iba desde un balcón hasta la dicha casa del árbol. El chico se acerco y Alex fue detrás de el.

-No no, esa escalera es inestable- Dijo la madre del chico, o eso era lo que Alex suponía.

-Bueno- De un segundo a otro el chico tomo a Alex y la abrazo dándole un bezo en la frente, ella no se movió, al menos no hasta después del flash.

-Tu familia no lo sabe, ¿cierto?- Preguntó ella, el negó sonriente.

-Tampoco me interesa que lo sepan, si lo sospechan o se enteran de alguna forma no me va a molestar. Lo mas probable es que lo acepten- Dijo confiado.

-Por cierto, ¿como te llamas?- Le pregunto Alex.

-Alex.

-¿Que?- Preguntó ella esperando.

-Que me llamo Alex- Dijo el chico, ella asintió comprendiendo.

-Yo también me llamo Alex- Dijo.

-Ya lo se- Dijo Alex, comenzaron a caminar hacia la salida, llegando nuevamente sin pasar por dentro de la casa, cruzaron la calle y comenzaron a caminar hacia la esquina que había un club, varios metros antes de llegar se hicieron a un lado para dejar pasar a un hombre extraño con su perro, Alex, desconfiada, se dio vuelta y vio como el hombre los miraba fijamente, había dejado de caminar.

-¡CORRE!- Grito y le tomo la mano a Alex, comenzaron a correr hacia adentro del club, había dos escaleras, una iba hacia abajo y la otra hacia arriba, Alex pensó en ir hacia arriba pero sin darse cuenta fue hacia abajo, el hombre les pisaba los talones.

-¿Quien es?- Preguntó Alex desconcertado.

-Es mi padre- Le contesto ella.

Luego de diez minutos de bajar escaleras habían llegado a un bufet que tenia el suelo resbaloso, al querer dar una vuelta de 90 grados, Alex le tomo la delantera y comenzó a tirarle del brazo, ella se resbaló y choco contra la pared soltándose de Alex, antes de que el hombre la apresara apoyo un pie sobre la pared y casi en cámara lenta estiro la pierna y se impulso hacia Alex, justo el instante antes de llegar a tomarse de las manos todo se oscureció...

Luego se hizo la luz nuevamente, apareciendo Alex hablandose al espejo.

-¿Puede ser que cada día estoy mas gorda?- Se dijo- Amo este planeta, pero su gravedad me hace sentir mas pesada, mira mira, mis pechos están mas grandes. No me gusta, no me gusta.

-No pasa nada, te guste o no tu apariencia física, ya sabes que acá tenes una buena vida.

-Si, desde que aprendí a tratar con osos y tigres me siento bastante mejor- Sonrió orgullosa de si misma, posando sus manos en su cintura suspirando alegre.- Supongo que si, hoy es el día de mi boda.

-Si, pero si no despiertas no vas a llegar a tiempo.

-¿Que?- Preguntó Alex a su amiga.

-Que despiertes, Alex, ¡DESPIERTA!- Alex se sobresalto, miro hacia todos lados, su amiga había desaparecido y ella estaba acostada sobre la cama ocupando todo el espacio.

-Hum, que sueño raro- Luego de pensarlo un rato se levanto en busca de su computadora- No puedo olvidarlo, tengo que escribirlo.

Alex [CuentoCorto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora