Sipnosis

887 92 10
                                    


En un país lejano, se hallaba un joven exasperado ante la actitud de su padre, el rey de aquel país. Juzgando insolentemente sus decisiones.

Quería, deseaba y anhelaba poder comportarse como la persona de veinte y cinco años heredera a un trono como la que era, pero no podía. Simplemente no soportaba la circunstancia a las que se le obligaba como parte de un acuerdo.

– ¿Es que acaso no puedes mandar a algún sirviente a que lo haga? – Pregunto con un tono insolente dirigido hacia su padre. Era completamente inaceptable que le pidieran hacer tal cosa tan osada.

– Por supuesto que no. Este es un acuerdo justo por parte de los dos reinos; cada uno acordó enviar a su progenitor y se cumplirá. – Respondió su padre. Tratando de no gritarle por tercera vez al joven insolente que había obtenido por hijo. – Eso fue lo que acordamos. – Repitió.

– ¿Y qué tal si no cumple? – Pregunto, otra vez.

– ¡Deja de ser tan insolente! – Grito. – Confió en que cumplirá al igual que yo lo hago. Así que tú iras, te comportaras y te veré de vuelta en un año. Vete ahora. – Y como sí se tratara de un perro y no su hijo, agito sus manos en señal de que se retirara. Cosa que así hizo, no porque no tuviera nada más de lo cual poner una objeción, sino porque unos guardias lo escoltaron fuera de la sala de trono.

Bajo a pisotones por las largas escaleras talladas y forradas en una alfombra color carmín. Extrañaría deslizarse por los barandales. Solo esperaba que el lugar donde se residiera por un año estuviera al nivel del castillo en el que vivía, aunque lo dudaba un poco, ningún lugar estaría al nivel en el que lo está su castillo.

Por otro país. Estaba un hombre postrado ante la imagen de un barbudo rey, en muestra de sumo respeto y estando completamente dispuesto a seguir sus palabras.

– Confió en que sabrás como actuar. – dijo aquel viejo rey – No serás mi hijo de sangre pero confió en ti como uno.

– Y no se equivoca señor. – Respondió el hombre, levantando su cabeza y sonriendo un poco. Seguro de sí mismo.


Por Mi Y No Por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora