Parte 1
— ¡No puedes estar hablando enserio! ¡Esto no puede ser cierto!
— ¡Lo siento Mack pero no tenía elección!
— ¿Que no tenías elección? Maldición Ash, pudiste negarte, no tenías absolutamente nada que perder.
— ¡Perdería a Luke! Si no le decía él me dejaría.
— ¡No lo puedo creer! A ver si entiendo, ¿Me tiraste a los lobos porque Luke te dejaría si no lo hacías?
— Mack tú no lo entiendes ¡Yo Lo Amo! Mi vida sin él no tiene ningún sentido.
— Esto tiene que ser una broma... ¡Maldición Ash me traicionaste! Y por un mal nacido mujeriego al que no le importas en lo más mínimo, que sólo te utiliza para conseguir lo que quiere.
— ¡El me ama! Yo sé que me ama, el me lo dijo.
— ¿Sabes? Ahora siento mucha pena por ti, tú definitivamente tienes problemas.
Salgo de bar como alma que lleva el diablo, aún sin poder creer que Ash, la chica que hace menos de 5min creí mí mejor amiga, me traicionará de tal manera y más aún por la razón que lo hizo.
— Pero miren a quien tenemos aquí, si es la pequeña Mack. —Ruedo los ojos ¡Lo que me faltaba! Hoy definitivamente no es mi día.
— ¡Vete al demonio Parish!
Sigo mi camino hacia el auto, estoy más que cabreada por lo que no pienso soportar las estupideces de Nick, saco las llaves del bolsillo trasero del pantalón y juego con ellas haciéndolas girar entre mis dedos.
— ¿A dónde crees que vas pequeña?
— No es de tu incumbencia, ahora muévete de mi camino.
— ¿Y si no lo hago qué?
— Te patearé las pelotas.
— Quiero ver que lo intentes.
— De acuerdo.
...
— ¡Maldita perra! ¡Joder!
— Oh, ¿no lo decías enserio? Ups! Mi error, lo siento.
— ¡Te cazare y te destrozaré maldita huérfana!
Paré en seco frente al auto. Mis manos hechas puños a mis costados.
Huérfana. Esa última palabra, sin lugar a dudas, me dejo en shock. Huérfana. Muchos recuerdos invaden mi mente con velocidad, tanta que duele, y me deja levemente mareada, pero sobre todo cabreada. Giro rápidamente sobre mis pies y me dirijo al bastardo que ya se ha levantado y está de pie junto a su descerebrado séquito.
— ¿Cómo diablos sabes eso?
— Mis puños se cierran con más fuerza cada vez.
— ¿El qué? ¿Que eres una maldita huérfana? ¡Todos lo saben! Tu estúpida amiguita, ¿Ash? ¿Así se llama no? Como sea, ella suelta todo lo que sabe de ti cada que está drogada, lo que es básicamente, todo el tiempo...
No permito que continúe, no me puedo contener por más tiempo. Y lo golpeó, lo golpeó con fuerza, haciendo que retroceda un par de pasos para no caer, sorpresa invade su rostro y rápidamente es remplazada por ira y odio.
Se acerca con la intención de devolver el golpe, pero soy más rápida y logro esquivarlo. Esto se convierte rápidamente en una pelea que no para hasta que uno de los dos acaba inerte en la arena. Salgo victoriosa, pero insatisfecha ya que la ira aún circula en mí.
Me dirijo al auto, dejando atrás a Nick quien ahora yace en el suelo, cuándo busco las llaves recuerdo que estaba en mi mano derecha, al abrir el puño está se encuentra ensangrentada y mi mano está hecha una mierda, pero aún así no siento dolor alguno, lo que ha de ser el efecto de la adrenalina que aún corre por mi sistema.
Abro el auto y subo, lo enciendo tan rápido como puedo, necesito salir de éste lugar lo más rápido posible, necesito calmarme, necesito pensar con claridad qué diablos voy hacer ahora que Luke sabe todo y como buen lame botas ira corriendo a contárselo a Miles.
Conduzco a toda velocidad por la desierta carretera, enciendo el reproductor y lo conecto a mi teléfono, trato de relajarme, los árboles pasando rápidamente a mi alrededor. De apoco voy consiguiendo un poco de calma, lo que no dura más de 10 segundos. Un venado sale de la nada parándose en la carretera, y es justo ahí, cuando todo se va a la mierda.
Salgo de la carretera rápidamente y el auto empieza a dar vueltas hasta que finalmente se estampa contra un árbol del lado del copiloto, quedando de cabeza.
Mi mente no para de dar vueltas, un fuerte dolor de cabeza me golpea de pronto y mis oídos zumban sin parar, suelto el cinturón de seguridad y mi cabeza golpea el techo del auto aumentando más el dolor.
Empiezo a tratar de salir, pateando la puerta hasta que sede tomo mi móvil y me arrastro fuera de éste, me alejo tanto como me es posible, segundos más tarde el auto explota y se prende en llamas, lo que me hace alejarme aún más. Dave me matara cuando se entere de que provoque que la explosión de su preciado material inflamable.
Me siento apoyando mi espalda contra un árbol, no es hasta ese momento, que soy consciente del gran trozo de cristal incrustado en mi pierna derecha y es entonces cuando el dolor me invade, tanto el de la pierna como el mi cabeza.
— Maldición esto no puede estar pasando ¡Joder! —
Necesito sacar el cristal de mi muslo así que me quito la cazadora, levantando un poco la pierna paso la cazadora por debajo del muslo, con sumo cuidado empiezo a extraer el cristal y ¡Joder como duele!, de manera que uno que otro grito se escapa de mi boca en el proceso, cuando extraigo el cristal en su totalidad tomo las mangas de la cazadora y las cruzo para luego hacer un nudo y así crear una especie de torniquete para detener la sangre, quedando el nudo al lateral del muslo y la sangre fluyendo en menor cantidad doy la misión por cumplida. Tomo mi móvil con la intención de pedir ayuda y marco el número de Derek con la esperanza de que no esté apagado.
— Estimado usuario su saldo es insuficiente para realizar esta llamada, por favor aplique una...
— ¡Oh, por favor esto tiene que ser una maldita broma! —Estampó el móvil contra un árbol y después me maldigo por destruirlo cuando puede haber llamado al 911 ¡GRATIS!
Necesito salir de aquí ya. Tomando una gran bocanada de aire, me levanto y empiezo a andar hasta llegar a la carretera nuevamente.
Estoy tan débil que me desplomó, sin fuerza alguna para levantarme.
A lo lejos puedo divisar dos luces muy brillantes, pertenecientes a un auto supongo, ya que son muy pequeñas para ser dos motocicletas y muy grandes para ser de una sola. No parece desacelerar, lo que me hace pensar que seré atropellada, incapaz de moverme sólo cierro los ojos, esperando mi trágica muerte, una que curiosamente no llega.
El auto se detiene de golpe justo frente a mí, y no puedo creerlo. Escucho que alguien baja del auto, y se acerca con rapidez.
— Hola ¿puedes oírme? Mi nombre es Benjamín Parish, soy doctor y te sacaré de aquí, estarás bien...
Y yo que pensaba que esto solo sucedía en películas, en fin, los preciosos ojos verdes del doctor Parish junto a su hermosa voz, son lo último que veo y escucho antes de perder el conocimiento.
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Ocurrencias.
RandomTan solo una serie de historias que cruzan mi mente . Párrafos, oraciones, palabras, letras, que hacen que mis dedos piquen y que demandan ser plasmadas. Son sueños, pensamientos, una mezcla de sentimientos, emociones y una que otra experiencia vivi...