CAPÍTULO 2: JK.

10 0 0
                                    

Venus

—¡No lo entiendo Am!— grité con las lágrimas nublando mi vista —De todas las veces que me viste anhelando respuestas, que me consolaste por querer saber algo, ¿nunca se te pasó por la cabeza decirme?— me acerqué y con mi mano temblorosa tomé su hombro —¿Por qué Am?— solté en un susurro mirándola a los ojos para después alejarme, frustrado —¡¿Por qué?!

Y nuevamente se quedó callada, mientras esas gruesas gotas azules rodaban por su rostro hacia su barbilla.

Contéstame— me hice escuchar en su mente.

—No puedo Jungkook, lo prometí— susurró.

Limpié mis lágrimas, inflé mi pecho en una fuerte inhalación para después expulsar el oxígeno en un tembloroso suspiro. Asentí lentamente tragando saliva y comencé a retirarme de la habitación.

—Jungkook— habló Am —por f...— pero salí de la habitación, bloqueando a su vez el vínculo de nuestras mentes que nos unía.

Caminé fuera de nuestro hogar, subiéndome a mi nave, coloqué mi pulgar en un costado del volante y esta se encendió.
Al rededor de una hora después, me encontraba en el río Ghu. Y sin pensarlo aceleré adentrándome a la ardiente corriente de lava, mi nave no estaba hecha para soportar el contacto directo, pero logró llegar hasta la orilla justo antes de apagarse y empezar a destruirse, salí en busca de algo que pudiera darme respuestas.

En este punto debería detenerme a respirar y procesar mi situación actual.

Correcto.

Terminamos de limpiar los restos volcánicos horas después, entré a casa y accidentalmente tropecé dejando caer aquella grande y extraña esfera que Am tanto había cuidado, diciéndome que era demasiado delicada y preciada para ella, respeté ese sentimiento por lo que nunca intenté tocarla. Bien, entonces cayó partiéndose por la mitad, soltando un pequeño cubo que sino fuera porque reflejaba la luz, podría decir que era totalmente transparente, junto a una pequeña nota y un par de fotografías en las que pude ver dos personas, sin más detalles por lo fugaz del suceso.

Mis padres... Lamentablemente sólo fui capaz de agarrar la nota y el brillante cubo y esconderlos en mi mano, cerrándolo en un puño puesto que Am me sorprendió con su cara llena de terror empujándome lejos, juntó lo que pudo de forma histérica dentro del huevo y volvió a sellarlo en un par de segundos.

Ahí comenzó nuestra discusión ya que estaba completamente seguro que ella tenía información de quiénes eran y dónde estaban mis padres.
Después de intentar desarrugar la nota, pude ver que tenía escrito un código que pude identificar como coordenadas, debido a eso aquí estoy; al otro lado del río Ghu completamente petrificado frente a una esfera de mi tamaño y con mis iniciales grabadas en gris a un costado de lo que podría llamarse la puerta.

JK.

Posé la yema de mis dedos en las letras, rozando el material de la esfera, me sobresalté puesto que estas comenzaron a reflejar la luz justo como el cubo, sin pensarlo acerqué dicho cubo para comparar más de cerca su brillo y una compuerta se abrió deslizándose, era del tamaño perfecto para el objeto en mi mano, tras procesar un par de segundos al final me decidí por colocarlo dentro, esta se cerró suavemente y otra más grande se abrió de la misma manera, creando un zumbido constante, dándome a entender que podría estar encendida ahora.

Planeta Tierra

Decir que tu último año de estudios antes de entrar a la Universidad va a ser sorprendente no puede estar mas lejos de la realidad, y menos si tuviste que independizarte para ello. Pasé de tener todas las comodidades a tener todas las responsabilidades. Esto de lavar ropa no es precisamente lo mío, si por mi fuera usaría la misma ropa un par de veces antes de siquiera pensar que están sucias pero con eso de tener a mi hermano mayor de vecino a un par de casas no funciona. Si tengo suerte viene cada dos días para comprobar que haya hecho todos los deberes de una persona independiente, ¡ni ofrecerse a ayudarme puede!

Eso diría mi Yo de hace un par de años, aunque había podido sobrevivir, estoy cerca de terminar la Universidad ahora, y logré adaptarme al hecho de ser independiente junto a todo lo que conlleva, y ciertamente había podido disfrutar de mi vida a lo largo de estos años.

Me dejé caer en mi cama exhausto después de terminar mis deberes del hogar, dispuesto a descansar.
Cuando estuve prácticamente dormido una sutil sacudida se adueñó de mi casa, haciendo que los cuadros y decoraciones temblasen levemente en su sitio, despertándome en el acto. Antes de siquiera pensar en un posible temblor, un zumbido se hizo escuchar junto a una brillante luz proveniente de mi jardín.

Confundido por tal suceso, perezosamente me puse de pie para investigar el causante de esa luz.
Al salir de mi casa, una enorme esfera estaba ocupando gran parte de mi pequeño patio trasero, el zumbido empezaba a ser molesto y aquella luz no me dejaba ver claramente. Un sonido similar a una bomba expulsando aire se hizo escuchar y algo parecido a una puerta se deslizó.

Decir que me quedé completamente petrificado no sería ninguna exageración; tras haberse abierto esa compuerta, una figura se hizo presente a través de la luz y la densa niebla que parecía rodearla -un tanto dramático a decir verdad-, dando cortos pasos en mi dirección, paralizándome al instante en que su anatomía se hizo más nítida.

Era sencillamente el ser más impresionante que había podido apreciar, saltándonos su desnudez, su atractivo fácil podría considerarlo inhumano, qué digo, él claramente no es humano. Teniendo como punto principal el hecho de que acaba de aparecer en mi jardín y ha salido de una esfera gigante.
Sus largas piernas adornadas con gruesos y bien trabajados muslos, abdomen plano con los músculos finamente definidos y pectorales que a la vista se veían totalmente sólidos, brazos fuertes con venas visibles, una muy masculina y marcada mandíbula, labios rosados, nariz grande, perfilada y jodidamente atractiva y oh Dios, esos ojos. Dos impresionantes joyas completamente negras, eran los ojos más extraños y malditamente hermosos que jamás había visto, tan profundos y brillantes. Y por último, su cabello totalmente negro, azabache, similar al de sus ojos y de un largo moderado, descansando sobre sus hombros.

Este imponente ser se detuvo frente a mi, mirándome con sumo detalle, curiosidad plasmada en su rostro era todo lo que podía notar. Poniéndome nervioso.
Una ventisca de aire que me generó un visible escalofrío fue suficiente para reaccionar, quitando una manta que yacía colgada a un lado lo rodee con ella, cubriendo así su desnudez.

Él seguía mirándome fijamente y yo sentía mi rostro arder.

Sin decir nada lo guié al interior, observando a mi alrededor con cautela, relajándome solo un poco al momento de comprobar que no había ninguna mirada curiosa.

THE JEWEL OF THE SKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora