Prólogo aweonao : Primerizos

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-Ya Tsukki. Si tú la probai yo la pruebo también. 

Dos jóvenes amigos, sentados en la pieza de uno. Entre medio de ellos, una máquina pequeña, especializada en doblar los cigarros, el mechero en el suelo, la hierba molida en un recipiente y dos porros ya listos a su lado. 

-¿Estaí seguro que querí probar también, Yamaguchi?

El pecoso inhaló.

-Mira rucio, ¿Somos amigos o no somos amigos? Los amigos se apoyan weón. No te voy a dejar pasar por esto solo, si tú te volaí, me vuelo yo también. 

Tsukishima se quedó conmovido ante las palabras y Yamaguchi, en una ráfaga de valentía y hermandad, tomó un porro y lo prendió. 

El humo comenzó a salir y con una cara de decisión, el pecoso tomó una gran bocanada del pito y sin saber bien que hacer, simuló tragársela.

Pasaron unos segundos en donde ambos se miraron sin saber que decir hasta que a Yamaguchi le salió la tos de su vida. El rubio, preocupado le agarró de los brazos y lo sostuvo cerca viendo que su amigo de la vida no se fuera a desmayar o a morir. Lo mantuvo así por un rato más, hasta que a Yamaguchi se le pasó la tos y con lagrimitas en los ojos, le dijo. 

-Está difícil vivir weón. 

Tsukishima solo soltó un risa sarcástica y a la vez aliviada. Tomó el pito de las manos de Yamaguchi y copiando sus acciones, inhaló, sin darse cuenta del sonrojo en la cara de su amigo.

"Esa weá fue como un beso indirecto... ¡Tsukki qliao! ¡Por la cresta! ¿¡Por qué hací estás weás tan fletas?!"

Yamaguchi solo atinó a cubrirse su cara, donde se lucía un gran color rojo expandiéndose por esta. El rubio sonrió sin entender bien. 

No fue hasta unos veinte minutos entre charla e inhaladas que los efectos de la marihuana comenzaron a tomar efectos. 

-Oye rucio, ¿Que comerán los astronautas?

Preguntó el pecoso con una sonrisa. Tsukishima pensó. 

-No sé Yamaguchi, yo cacho que crema. 

Ambos rieron. 

-¿Y como chucha van a comer crema? Si la crema no se come, aweonaó. 

El rubio le sonrió, se habían fumado un solo pito, pero se estaba sintiendo muy feliz en este momento. 

-¿De que estai hablando Yamaguchi? Si gracias a la álgebra cuántica y trigonometría tetra penta duodecimal es caleta de posible. 


La tarde se les paso entre charlas ridículas y una sensación de felicidad latente en su pecho. Se habían adentrado en un nuevo mundo volador. 

TsukkiYama - Chilean volao versión (AU) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora