Sediento

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Jazinto Alvarez despierta en la noche contra un árbol, con un un gran dolor de cabeza, al revisarse nota sangre, un corte en la frente, en el cuello y varios cortes pequeños en las piernas.

Lo ultimo que recuerda fue el tener que salir de su casa montando su fiel yegua blanca poco antes del atardecer, porque uno de sus alambrados se había caído y sus vacas se le estaban escapando.

Por las heridas que tiene, cae en la conclusión de que montando debió darse la cabeza con alguna rama baja y rodado inconsciente por el suelo hasta toparse contra el árbol en el que estaba. Lo que le extraña es el hecho de que su fiel yegua y compañera de aventuras no se encontrara a su lado, también el vago recuerdo de ella asustada y chillando por algo.

La oscuridad de la noche le incomodó, así que decidió volver a su casa, y durante todo el largo camino de kilómetros y kilómetros gritaba tratando de ser escuchado por su yegua, pero no hubo respuesta.

Cuando finalmente llega a su casa en la que vivía solo, se siente desesperadamente sediento, corre hacía la heladera y se sirve un vaso de agua helada, pero al terminarlo no se siente saciado, se sirve otro y otro pero nada. Su desesperación crece con cada nuevo vaso. Algo no era normal, su sed no era normal, el agua tenía algo raro, no se sentía  hidratado, sentía una ira ciega crecer dentro de el sin motivo, solo ira y sed.
De la frustración arroja el vaso al suelo rompiéndolo en mil pesados mientras recuerdos violentos cruzan su cabeza, recuerdos de gritos de dolor y una gran punzada en el cuello lo altera aún más.

Agarra una jarra de agua y bebe de ella hasta vaciarla, pero todo eso le hizo caer en el suelo y vomitar. Del dolor y el malestar se desespera más, su sed era algo desesperante. Busca en su heladera y encuentra una botella de wiski a medio empezar, le rompe el pico y bebé lo que hay en ella, pero no le genera ningún efecto.

Él sin entender lo que le está pasando, simplemente entra en cólera insultando todo lo que conoce, rompiendo la botella contra el suelo mordiendo sus labios resecos y partidos.
Mientras estaba teniendo su crisis, escucha a su yegua entrar en los establos y ahora junto a la desesperación y la frustración se le suman el sentimiento traición.

Sale de su casa y entra en los establos, para encontrarse a su supuesta fiel compañera y cuando al fin ella lo ve, se espanta con un enorme terror en sus ojos. Él trata de tranquilizarla y tomarla de los estribos pero ella se asusta aún más y trata de patearlo, él se enoja y en un ataque de ira toma su facón y le corta la garganta con tal de tranquilizarla.

Mientras ella desfallece y la sangre corre roja, el se muerde los labios rotos, su sed aumenta junto con las punzadas en su cuello y los recuerdos violentos de algo que lo atacó, algo que lo mordió. Todo estas cosas cruzan por su cabeza

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⏰ Última actualización: Mar 04, 2018 ⏰

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