Solo estaba murmurando maldiciones después de que ese idiota se fuera. Creo que estaba tan absorta en mis pensamientos pensando en miles de maldiciones para decirle que no me di cuenta de que alguien se me acerco.
-¡Marina! ¡Marina! ¡Tierra llamando a marina!
Alguien estaba llamándome haciendo que levante la cabeza para ver quién era.
-¡Marina! ¿Te vas a quedar ahí o qué?
-Ya, ya voy.- dije en respuesta al chico de pelo castaño y piercings en la boca que me veía algo molesto por aun estar sentada en el piso con los cuadernos sobre mis piernas.
Oh si, se me olvidaba, el chico que me estaba llamando es mi amigo Ian. Nos conocemos desde primaria, cuando me defendió de unos niños que se estaban burlando de mis lentes y frenillos, esa es otra historia que tal vez cuente luego. El es un año mayor que yo pero tomamos varias clases juntos.
Me levante y agarre mi mochila que estaba aun tirada en el piso, metí mis cuadernos y luego me fui al aula con Ian. Estábamos algo apurados los dos. Principalmente porque nos tocaba con la gruñona profesora de ciencias, la Señora Capotillo.
-Mierda marina, si no te tardaras en levantarte más temprano la próxima vez no estaríamos mas apurados.- me dijo Ian que trataba a su vez de que la mochila no se le cayera del hombro.
-Es que… -mierda solo cállate y camina si no quieren que los suspendan, era lo único que decía mi subconsciente en ese momento –bueno no era eso, es que… -comencé a decir parándome en seco, haciendo que Ian también lo hiciera.
El suspiró y luego me miro fijamente. Joder, odiaba que hiciera eso, sabía que después de eso iba a comenzar con sus discursos de todos los días.
-Maldición marina, solo dame una razón para no golpear al bastardo ese.
-Solo por favor Ian, no quiero que te metas en problemas por mi culpa.
-Me metería en todos los problemas posibles solo para que estés bien, sabes que odio como te trata ese tipo. Por eso quiero protegerte.
Tenía razón, el haría lo que fuera solo para que este bien. Pero no quiero que se meta de nuevo en problemas en mi culpa.
-Mejor vámonos, no quiero oír a la profesora Capotillo regañándonos o que nos suspendan por una semana.- dije mostrándole una leve sonrisa.
-Venga, una semana de suspensión puede se divertida, no tendríamos que venir por acá.-me dijo riéndose mostrándome su blanca y hermosa hilera de dientes que me gustaba ver.
-Si, pero no quiero tener que volver a copiar la clase de nuevo, además, pueden poner una prueba sorpresa y ahí sí que estaríamos jodidos.
-Si, venga vámonos. – me dijo pasando su brazo por mis hombros para ir al aula de ciencias.
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Aquí les traigo nuevo capítulo c': espero y les guste<3 no olviden votar y comentar, se los agradecería mucho.