rayo de sol.

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Pues en el grupo  de Facebook ღ Haikyuu Yaoi  ღ el #TeamIwaOiIwa hizo un actividad y a mi me tocaba hacer uno de los premios. La ganadora eligió el prompt «Matsuhina + humor doble sentido (y si tiene lemon mejor)».

Y yo... bueno, lloré mucho, porque  a) es una pareja en la que nunca había pensado (crackshipping 4 the winner)y b) mi sentido del humor es, en el mejor de los casos, inexistente. Por suerte, estuve hablando con I'm Kira Kusokawa (perfil de ff.net) y fue tan genialosa ❤  como para darme ideas (:  

Así que esto tendría muchísimo menos sentido sin ella, y también sin @CallmeJane3, que no es sólo que me beteara, sino que estuvo aguantando en directo todas mis idas y venidas mientras lo escribía. 

Finalmente, para la ganadora del concurso (no pongo el nombre por respeto a la intimidad y blablabla (?)): me lo he pasado súper bien escribiéndolo, la verdad, y espero que tú también pases un buen rato mientras lo leas Intenté darte el lemon, prometo que lo intenté, pero no me salió nada ;-;

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La primera vez que lo ve, se lo encuentra en un goukon. Por algún motivo alguien había convencido a Makki para que fuese, y Makki —siendo Makki— no había parado hasta conseguir que fuese con él. Oikawa se descojonó cuando se lo contaron, pero les ayudó a elegir ropa adecuada. «Ya veréis, no van a ser capaces de quitaros los ojos de encima».

La chica que le colocan enfrente es mona. Se llama Tatsuko, tiene su edad, estudia veterinaria y Matsukawa ya no se acuerda de nada más, porque entonces un sol naranja se sitúa en el asiento vacío que quedaba a su lado y convierte al resto del mundo en sombras.

Matsukawa no cree en el amor a primera vista, pero por esta vez está dispuesto a dudar.

El chico se presenta. Se llama Hinata, y nunca una persona tuvo un nombre que le sentase tan bien. Hinata. Hinata-kun. Hinata-san. Hina-chan. Matsukawa se recrea pensando en todas las posibles variaciones de su nombre. Le encantan todas y cada una de ellas.

Al principio, Matsukawa hace un esfuerzo por seguir hablando con Tatsuko y no irrumpir mucho en la conversación contigua. Pero pone el oído, y es así como se entera de que Hinata es nuevo en la ciudad, que ha venido para empezar a trabajar como ayudante en una escuela primaria y que se ha pasado toda su vida en el campo.

No puede evitarlo.

Se gira y, poniendo su expresión más encantadora, le dice que si necesita ayuda o algo, él le puede ayudar.

La sonrisa que Hinata le da iluminaría hasta el más recóndito lugar del alma podrida y oscura de Oikawa.

Bueno, quizá tanto no.

Después de eso... Matsukawa lo intenta, de verdad. Lo intenta. ¿Pero qué puede hacer una chica ligeramente mona que estudia biología —o algo así— contra esa criatura de luz que se le ha puesto al lado? Tiene los ojos tan grandes que Matsukawa se perdería en ellos. Su piel se adivina suave y tersa.

Si la adorabilidad se encarnase, se convertiría en esta persona.

Matsukawa se pone a hablar directamente a Hinata, ya sin reparos. Atsuko y la otra chica no parecen especialmente molestas por el transcurso de la tarde; por el rabillo del ojo, Matsukawa ve cómo se ríen entre ellas y se intercambian los números de teléfono.

Bien.

Le hace un cuestionario tal que bien podría ser la Inquisición, pero Hinata le responde encantado a todas las cosas que se le ocurren. Se entera así de la estacionalidad de las habas, de lo complicado que es hacer que la cosecha de batatas no se eche a perder.

Rayo de SolWhere stories live. Discover now