Único.

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¿A que se refería Ruth con que Chise había intentado de muchas maneras despertar a Elias?

Regresamos un poco en el tiempo. Al día siguiente, en donde Chise había despertado reparada, su vista se enfocó en su acompañante. Escuchaba a Elias murmurar entre sueños, podía escuchar su lento respirar. No podía negar que le daba gracia, parecía un pequeño niño sin ganas de querer levantarse.

Acarició con cariño su 'cráneo' y hasta sus 'cuernos' era el toque lindo en aquel ser. Aunque tuvo que soltar una pequeña risita, no era la manera adecuada para dormir y aunque ya le había dicho, sólo lo había visto dormir de dos maneras, sentado y boca abajo.

Estiró sus brazos hasta escuchar como estos se quejaban. Dio un último bostezo y se sentó en la gran cama. No podía negar que dormir con él era un tanto tranquilizante, claro sin tener en mente que el quisiera comerla o algo parecido.

-Elias, es hora de desayunar --Tocó con suavidad su espalda -No te puedes quedar dormido o tu sopa se va enfriar

Pero no recibió ruido alguno. Volvió a mover con un poco de violencia su espalda pero Elias no se movía, hasta podía decir que estaba muerto aunque su respiración decía todo lo contrario.

-¿Sucede algo Chise?

Ruth había entrado al ver el porque su 'dueña' tardaba en bajar a desayunar.

-Elias no despierta --Le explicó un poco angustiada.

-Sabes que Elias no se despierta tan temprano, es mejor bajar a desayunar y esperar

-Tienes razón --Respondió dudosa.

Suspiró y bajo de su cama, arropo más a Elias y se fue a su cuarto a cambiarse de ropa. Una vez que bajo, saludo a Silky como todos los días antes de sentarse en su lugar y mirar el lugar vacío frente a ella. Suspiró.

-Elias aún no bajará a desayunar, Silky --Le mencionó un poco preocupada -El sigue dormido pero es más que seguro que ya no tardará en despertar

Ella sólo asintió y sirvió el desayuno de Ruth y el suyo. La mañana fue tranquila y muy silenciosa, algo fuera de lo común. Chise, después de estudiar un poco de magia y buscar un libro del estudio, tuvo que volver a subir al cuarto de Elias, al entrar, se fijó que este seguía en la misma posición como lo dejó.

-Se que estuviste muy celoso anoche Elias --Habló con cariño mientras acariciaba su espalda -Pero esto ya no es divertido, así que despierta

Pero para su desgracia, no fue así. Los ojos de Elias estaban 'apagados' y sólo la consolaba el suave respirar. Tuvo que suspirar, quitarse sus tenis y subirse a su espalda. Sus mejillas se encendieron pero tuvo que olvidar todo pensamiento que podría cruzarse por su mente. Realmente agradecía que Ruth no se encontraba ahí.

Estuvo picando por un rato sus costados pero este no se movía, incluso se puso a pensar si una criatura como el tenía cosquillas. Tuvo que volver a mover su espalda con violencia pero a parte de que era mucho más pesado y grande que ella. No consiguió algo bueno. Suspiró y se bajo de él. Acarició su 'cráneo' pensando en alguna otra cosa.

-Probablemente está muy cansado --Habló no muy convencida.

La cena sólo había sido algo aburrida, Ruth sólo hacía ruido cuando se atragantaba pero los suspiros no dejaban de salir y mucho menos quería comer, daba pequeñas mordidas y sólo se dedicaba a picar su cena. Una vez que terminó o eso creía, subió con rapidez a su cuarto, se cambió y con su oso en brazos volvió a meterse en la habitación de Elias.

Sin dudar más, sólo cerró la puerta y se metió a las cobijas. Acariciaba con cariño su gran espalda, a pesar de que había sido el primer día, no podía evitar sentirse un poco triste, no tener a alguien con quien charlar, era un poco aburrido.

A man with laziness is a watch without a cordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora