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Kyungsoo siempre tuvo problemas para representar sus sentimientos en palabras, y su afecto se resumía en pequeñas muestras de cariño.
Dejame tomarte de la mano.
Quizás no lo hacía muy a menudo, pero su corazón latía desbocado apenas sus dedos se enredaban con los de aquel gigante.
Déjame mirarte a los ojos
Es que Chanyeol nunca tuvo problemas en notar sus sentimientos, en corresponder sus pequeños gestos y ser más discreto, aún si Ruidoso era su segundo nombre, por Kyunsoo, Chanyeol podría ser el ninja más silencioso, el monje más tranquilo y el chico más feliz en el mundo.
Déjame a través de mi mirada, darte todo mi esplendor
Quedarse prendado de esos bonitos ojos era quizás uno de los pasatiempos favoritos de Kyungsoo. Perderse en esos ojitos tan grandes, pequeños al reír, enormes cuando le correspondía la mirada y tan claros como el agua.
Déjame quedarme aquí, déjame besarte ahí...
Podía vivir en sus ojos y lo sabía, Chanyeol se lo decía en cada parpadeo. Podía desviar su mirada, y aún sabría lo que piensa, lo sabía porque también lo sentía. Podía evitarlo, podían estar enojados, peleados, discutiendo, pero lo que sus ojos se decían era verdadero, era un amor tan fuerte que siquiera la pelea más cruda podía segarlos del todo.
Donde guardas tus secretos, los más oscuros, y los más bellos.
Su segundo pasatiempo, después de mirarlo y cocinar, sería besarlo. Besar sus labios, besar sus mejillas, besar su frente aún si él debía inclinarse para ello, besar su cuello, besar los latidos de su corazón, besarlo a él.
Te regalo mis piernas, recuesta tu cabeza en ellas...
Dormir juntos era normal, cinco años atrás era impensable, ahora se acurrucaban en el sillón, viendo una película; en la cama mientras leía; cuando se cansaba de componer, llegaba y recostaba su cuerpo sobre Kyungsoo, pidiendo algo de mimos. Incluso si para todos era casi imposible que un mimo de parte del bajito pueda suceder, el chico adoraba hacerle cariño, porque peinar sus cabellos era relajante para ambos.
Te regalo mis fuerzas, usalas cada que no tengas...
Por eso odiaba verlo cansado, casi tanto como odiaba levantarse por las mañanas de invierno. Chanyeol siempre está lleno de energía, pero verlo caer rendido en el sofá luego de saludarlo, era odioso. Porque él quería verlo saltar por la casa como antes, sentirlo tras su espalda mientras cocinaba la cena, preguntando cada diez segundos si ya estaba lista.
Te regalo las piezas, que a mi alma conforman, que nunca nada te haga falta a ti.
Lo había jurado ante un desconocido solo por él; había partido un gigantesco pastel solo por él; había vuelto a hablar con su madre después de años solo para invitarla a su boda, solo por él. Quizás no sería eterno, pero Kyungsoo juraría amarlo hasta morir,
te voy a amar hasta morir.
Te voy a amar hasta morir...
Porque sabía que si dejaba de amarlo, no estaría viviendo correctamente. No sería vivir sin esa otra mitad que llenaba la habitación, esa mitad que tenía una pieza gigante en su corazón.
Déjame jugar contigo, déjame hacerte sonreír
Kyungsoo no era tan gracioso, no era tan animado como Baekhyun, o tan hiperactivo como Chanyeol, tampoco tenía la confianza de decir el tipo de chistes que decía Jumnyeon, pero que nadie se atreviese a borrar esa sonrisa tan boba del rostro de su Park. Porque él mismo se encargaría de borrarle el el rostro a quien fuera que lo hubiera hecho, para luego mimar a su pequeño gigante como si aquella fuera la última vez en su vida.
Déjame darte mi dulzura, pa' que sientas lo que sentí.
No era dulce, no era lindo, no era del todo cariñoso, no demostraba mucho y solía huír si de decir lo que siente significa. Por ello quería ser siempre honesto con sus acciones, discretas, sigilosas, jugar con sus dedos, acariciar su cabello, sonreír solo para él porque verlo le hace feliz.
Dejame cuidarte, déjame abrazarte.
Sin más ni menos, verlo le hace feliz logra que su corazón se acelere y se calme con solo dos acciones: su mirada, su tacto. Sus ojos conectados, sus manos entrelazadas, y Kyungsoo ya podía sentir sus ojos humedecidos, su sonrisa tan grande que era contagiosa.
Déjame enseñarte todo lo que tengo, pa hacerte muy feliz
Kyungsoo siempre supo, que quien estaba más feliz más enamorado, era él. Porque si Chanyeol le miraba, él ya era feliz, si Chanyeol le tocaba, él podría morir con tranquilidad, si Chanyeol le decía que lo amaba, él podría decir con seguridad que sí, yo también te amo, Park Chanyeol.
Te regalo mis piernas, recuesta tu cabeza en ellas
Te regalo mis fuerzas, usalas cada que no tengas
Te regalo las piezas que a mi alma conforman, que nunca nada te haga falta a ti
Te voy a amar hasta morirTe regalo mis piernas, recuesta tu cabeza en ellas
Te regalo mis fuerzas, usalas cada que no tengas
Te regalo las piezas que a mi alma conforman que nunca nada te haga falta a ti
Te voy a amar hasta morir,
Te voy a amar hasta morir,
Te voy a amar hasta morir.🎇 Carla Morrison 🎇
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Soy tan estúpida que olvidé poner la canción hsjsjsj