Domingo. Segundo día de visita al hospital.
Eran pasadas las ocho de la mañana y ya estaba alistándome para ir a ver a mi querido mejor amigo.
Después de lo que le pasó el viernes, estaba mucho mejor pero los doctores decidieron dejarlo en observación por un par de días más, con suerte y si nada malo ocurre, el martes le darían de alta.
Al salir del baño, comencé con mi rutina diaria: secarme, pornerme crema hidratante, colocarme mi ropa interior y cambiarme. Me vestí con un vestido corto floral, era muy corto por lo que me puse unos shorts de jeans claros, y unos tenis plataforma. Dejé mi pelo suelto mojado —como casi siempre —.
— Ya estoy lista, Aaliyah – me dice Kathia, la hermana de Kian, entrando a mi habitación.
Ella no había visto a Kian, cuando todo pasó, estaba en casa de unas amigas, ayer se quedó a dormir en mi casa y hoy la llevaré a ver a su hermano.
— ¿Ya desayunaste? – le pregunto tomando mi mini mochila y guardando mi celular, mi monedero y mis llaves.
— Si
— Pues vamos entonces... – le digo saliendo de mi habitación. Me despido de mis padres y salimos de casa.
En el camino al hospital, nos la pasamos hablando y riendo de las pequeñas historias de Kathia en su colegio. También me contó que oficialmente estaba saliendo con Gabe. Decía que le gustaba mucho y que esperaba que él sintiera lo mismo.
Nos paramos en Starbucks y compramos café para Laura, que ya estaba en el hospital, y té frío para Kathia, Kian y para mi.
— Oye... Se que no te gusta que hablé sobre esto pero... – me dice Kathia mientras salimos de Starbucks. — ¿Vas a regresar con mi hermano?
Suspiro deteniendo mi paso antes de cruzar la calle que da hacia el hospital. — Tú hermano y yo estamos bien así como amigos, Kathia. Se que ambos sentimos cosas por el otro, pero así estamos mejor ¿si? Así fue como empezamos
— Pero pueden terminar en algo más...
— Por ahora estamos bien, como lo que eramos antes ¿está bien?
— Esta bien.
Cruzamos la calle y entramos al estacionamiento principal del hospital. No pude evitar sonreír al ver a un chico correr detrás de un niño de unos tres años.
Parecía ser su hermano o quizá su hijo, al leguas se le notaba el parecido.
No pude evitar tampoco reír cuando pasamos cerca y el chico lo había atrapado y el niño gritaba que lo soltara. Que lindo.
Entramos al hospital y caminamos hasta los elevadores. Un minuto más tarde el elevador bajó y entramos, estuve a punto de darle al botón con el número 4, cuando una pequeña personita entró corriendo y se escondió en las piernas de Kathia.
Sonreí al darme cuenta que era el niño que ví afuera. Segundos después el chico que corría detrás de él, llegó corriendo también.
— Ven, aquí, pequeño diablillo
— ¡No! – gritaba el pequeño riéndose. — ¡No me puedes atrapar! – segundos después de haber dicho eso, lo tomaron de los brazos y el chico lo puso sobre sus hombros.
— Disculpen si las molestó
Oh la la, ¡pero que belleza de ojos!
— No pasa nada – le respondo – ¿A qué piso van?
— ¡Piso cinco! – gritó el pequeño. Mire al chico preguntándole si era en verdad el piso cinco. Este asintió.
Pulse el número 4. — Tengo una hermanita así de pequeña – nos dice el pequeño alargando sus brazos.
— ¿Ah si? – le digo mirándolo con ternura. — ¿Y cuántos años tiene?
— Nació ayer, ¿verdad manito? – pregunta mirando al chico. Asintió.
— ¡Oh pues, felicidades!
— Mi mami no me deja cargarla, dice que soy muy pequeño y que la puedo dejar caer...
— Dylan, has silencio. Las vas a aburrir...
— No te preocupes. Él esta emocionado por ser un hermano mayor ¿verdad? – el pequeño asintió. El ascensor se detuvo dando a entender que estaba en el piso 4. — Cuida muy bien de tu hermanita ¿está bien? – él asintió y me hizo seña de que me acercara, lo hice, se acercó y dejó un beso en mi mejilla.
Que belleza de niño. — Adiós.
— Adiós pequeño – me despedí y salí junto con Kathia del ascensor.
— El chico es guapo pero prefiero a mi hermano – dice Kathia cuando caminamos por el pasillo.
— ¿Qué?
Entramos a la habitación y en ella solo estaba Laura. — ¿Dónde esta Kian? – pregunta Kathia
— Se lo llevaron para hacerle el último lavado gástrico
— ¿No le habían hecho uno ayer?
— Si pero fue mucho lo que ingirió y tienen que sacarle todo eso para mejore más rápido.
Me senté al lado de mi amiga y le di su café. — Uh, por eso te amo.
Reí y comencé a tomar mi té. — Aaliyah conoció a un chico – dice Kathia sentándose en la camilla
— ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo se llama?
Negué. Aquí viene el interrogatorio.
— Hace un momento, está aquí en el hospital, y sólo sé que su hermano se llama Dylan, si lo hubieras visto... ¡Es una ternura de niño!
— ¿O sea que te fijaste en su hermano y no él? ¡Pedófila!
— Tenia lindos ojos y era alto...
— Y no dejaba de mirarte, Aaliyah – interrumpe Kathia
— ¿Quién no dejaba de mirar a Aaliyah?
Justo ahora viene a aparecer.
— ¡Hermanito! – grita Kathia y salta de la cama para ir a abrazar a su hermano
— Estas en problemas... – me susurra Laura – A Kian no le gustara saber que conociste a alguien... Esto se pondrá bueno
La empuje lejos de mi. Si el conoció a alguien, ¿por qué no puedo hacer lo mismo?
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¿Noviazgo o Amistad? [#1]
Teen FictionAaliyah Sanders y Kian Russell son mejores amigos desde la infancia, y se convirtieron en algo más hace tan solo unos seis meses. El regreso a clases después de año nuevo llegó con muchas cosas - buenas y malas -, entre ellas dudas y confusiones en...