Part Five

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"Felix"

Bridgette procuro arrimarse al borde del sofá todo lo posible, lejos del rubio de esos ojos azules tan únicos y fríos.

Trago hondo estando algo temblorosa, y recogiendo un poco sus piernas hasta subirlas al sofá. Se sentía demasiado vulnerable por la fiebre y por aquella confortación que no se había esperado para nada.

Sus mejillas se colorearon de un tono de rojo brillante al recordar como la había llevado a la sala, cargándola como si fuera una pluma, y posteriormente sentarla en el sofá con todo el cuidado del mundo que la dejo ciertamente aturdida.

Pero ahora... esos ojos la miraban como si pudieran traspasarla, afilados y calculadores.

Él se encontraba de pie a unos pasos de ella con los brazos cruzados, intimidante como él solo podía serlo.

Aun así se obligó a darse valor... aunque mordisquearse constantemente el labio inferior daba a relucir su nerviosismo.

—No voy hacerlo—declaro después de un tiempo de silencio.

Se encogió un poco al escucharlo gruñir estrechando esa mirada helada.

—Creo que no es una opción—susurro Felix entornando los ojos.

—N-No puedes obligarme—dijo alzando la barbilla.

Ahogo un chillido de sorpresa cuando lo vio inclinarse hacia ella opacándola, acercandose peligrosamente su rostro al suyo.

—Pruébame.

Su corazón tembló, y su garganta quedo completamente seca viendo tan de cerca el tono maravillosamente hermosos de sus ojos entre un azul y gris sumamente pálidos.

—No entiendo...—murmuro con voz ahogada incapaz de aparta la mirada—¿P-Por qué quieres hacerlo?

Él no respondió y era algo que la ponía aún más nerviosa, aparte que su colonia masculina la tenía hipnotizada.

Parpadeo varias veces cuando su visión se volvió algo borrosa, dejo caer un poco sus parpados mareada, esforzándose para no caer en la inconsciencia.

No supo cómo o cuando, pero en un momento a otro tenía su frente apoyada en el hombro de Felix y siendo rodeaba por uno de sus brazos.

Ni siquiera se dio cuenta en el momento en que él se sentó a su lado para sostenerla.

—No entiendo cómo puedes ser tan egoísta, Bridgette.

Ella se quedó sin respiración aun cuando intentaba recuperarse de aquel malestar tan intenso que la tenía agobiada.

¿Había escuchado bien?

—¿Qué pasa si Marinette decide vivir? ¿Dejarías a tu hermana sufriendo porque simplemente no quisiste hacer un estúpido ritual?

Sintió como los dedos que estaban en su hombro apretaban el agarre.

Lentamente ella se separó un poco para observarlo totalmente sorprendida ante esa acusación. Mirando fijamente aquellos ojos gélidos que la observaban con una especie de molestia que hacia doler su corazón.

Pero aun así Felix se negaba a soltarla.

—Marinette...—murmuro con una mueca sin saber que decir exactamente.

—Y no solamente a ella, sino el resto de tu familia y amigos. Todos devastados por tu egoísmo.

Aquellas palabras susurradas con enojo la dejaron sin habla. Sus ojos no podrían estar más abiertos de la impresión, y aquella presión en su pecho que se estaba volviendo dolorosa.

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