¡Oh amada!
Tú que eras para mi como faro que señalaba el puerto en mi travesía, en una noche oscura y sola.
Me dejé llevar por tus encantos, cayendo rendido en tus brazos y siendo envuelto por lazos que parecían ser de amor, aquel amor que pintaste en el cuadro de mi imaginación.
Imaginación que ha quebrantado mi corazón y me ha dejado sin deseo de vivir.
¡Oh amada! Vuelvete a mí y mira cuan grande es el daño que me has hecho. Vuelve por mí y rescatame de este valle de dolor y angustia que por amor estoy viviendo.