Así fue como Sam sintió el verdadero terror

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Sam no estaba seguro de si era una señal maravillosa, o el presagio de un desastre inminente, pero si sabía que tardaría al menos diez minutos en llegar a su casa desde la estación, y aunque el bus ya estaba a punto de abrir las puertas, esos diez minutos le formaban un gran desconsuelo.

salió del bus como si nada ya que no quería alarmar a nadie, pero en cuanto salió de la estación corrió como si no hubiera un mañana, y es que solo él sabía que algo muy malo iba a pasar si no llegaba a su casa cuanto antes, ¡un desastre! Lamentablemente el semáforo se puso en su contra, "pinchi semáforo" dijo Sam, el universo no parecía coperar y el peligro se le acercaba cada vez más. Finalmente, el semáforo cambió a rojo y Sam cruzó la calle, volvió a correr y esta vez, la preocupación, el miedo y la angustia se habían intensificado por cien. En cualquier momento algo horrendo iba a marcar la vida de este sujeto, solo él podía impedirlo, solo él podía darse fuerzas para continuar, solo necesitaba velocidad. Sin embargo, una señal de los sentidos le hizo ver que si seguía corriendo, aquello que lo amenazaba actuaría y lo destruiría en menos de un segundo; tal previsión disminuyó su fe, sentía que iba a fallar a su misión. Aún así, tenía que darlo todo, resistir, solo eso necesitaba, ya habían pasado 5 minutos, le faltaba un tercio del camino, el sudor empapaba su cara, solo deseaba un milagro, no tenía mucho tiempo, aquello iba a explotar. Se preguntaba por qué la estación estaba tan lejos de su casa, por qué esto mejor no le ocurrió un poco más tarde, por qué estas cosas le tenían que pasar; pero de pregunta en pregunta, finalmente llegó a su destino. Se le olvidó cuál era la llave que abría la puerta de su casa, luego cuando la recordó, aquella llave no quería girar. Intentó varías veces, cada vez con más fuerza, luego notó que no estaba metiendo la llave correcta, la desesperación no dejó que pensara claramente por lo que cometió ese error aún sabiendo cual era la correcta. insertó la verdadera llave, logró abrir la puerta y corrió al lugar que lo salvaría de aquel horror que sentía llegar, aquel lugar era el baño, Sam tenía diarrea.

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