Promesa

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"No te atrevas a mentirme"

Raven lo veía ahí sentado en la silla principal del comedor con una mueca de seguridad en su cara. No quería creer lo que le decía, después de todo el empeño que ella había puesto no le podía responder de esa manera. Estaba segura que el error no era por su parte, el vino aquí solamente a destrozar sus esperanzas.

"Mi pequeña demonio, cuando nos casamos te prometí que nunca te iba a mentir" el descaro se veía en su rostro, tomo la servilleta de su lado derecho de la mesa para comenzar a secarse lo rastros de su esfuerzo "Esto es la peor que he comido en toda mi vida"

Aunque se lo hubiera dicho dos veces no podía creerle. Se acerco lo suficiente a la mesa para lograr revolver con la cuchara esa crema de tomate que preparo durante toda la mañana para él.

La comida se veía bien, incluso siguió la receta del canal de cocina a la perfección, tal vez él estaba exagerando siendo un millonario malcriado seguramente sus gustos eran mas exigentes. Tomo la cuchara con un poco de la sustancia roja pasándola a través de sus labios.

Tenia razón realmente estaba horrendo.

"No está tan mal" le mintió, su orgullo ya estaba demasiado pisoteando.

"Eres una terrible mentirosa, tu rostro casi grita tu disgusto" le dijo con una mueca divertida.

Demonios, la conocía demasiado bien.

"Tu comida tampoco es muy buena" trato de seguir defendiendo su trabajo. Le dedico mucho tiempo a esa crema para que él ni siquiera lo agradeciera.

"Mi comida es comible y llena de nutrientes." Damian nuevamente tomaba la cuchara para mezclar la crema, para ser sinceros se veía mas café que roja "¿Que le pusiste? ¿Tomates podridos?" sintió como la tomaba de la cintura guiándola hasta sentarla sobre sus muslos. "Además, ¿Qué vas hacer? yo todavía tengo hambre"

"Hay cereal en la alacena. Sírvete" Si no iba a comer su comida ella no le iba a dar otra cosa al malagradecido.

"Yo estaba pensando en otro tipo de hambre" le susurro al oido mientras que su mano callosa acariciaba su muslo por debajo del vestido que llevaba puesto.

"Acabas de insultar mi comida, no te mereces nada de mi" le dio un codazo en las costillas con esperanza de que entendiera que no estaba de humor para sus juegos.

Para su mala suerte el mensaje no fue recibido como ella espero. Esa mano en su muslo ahora se encontraba con la puerta privada de su cuerpo y sus labios ya acariciaban suavemente su cuello. La sensación la hizo pasar por una placentera sorpresa.

"Esta bien.... solo 5 minutos"

————

Damian se encontraba despertando en el sofá de la sala sin su acompañante en sus brazos. Definitivamente no fueron 5 minutos como ella había prometido, el agotamiento y ardor de su cuerpo se lo confirmaba.

Escaneo la sala en búsqueda de la culpable de la situación en la que se encontraba, sus ojos rápidamente la localizaron parada con su mirada fijada al suelo con la  camisa que él había llevado hace solo unas horas ahora tapando su pequeño cuerpo.

"¿Qué pasa?" le pregunto. Ella nunca fue muy expresiva, pero la conocía tan bien para saber que esa pequeña mueca en sus labios significaba que algo la agobiaba.

"Ni siquiera Titus se atrevió a comerse lo que hice"

Tardo un poco en comprender lo que decía, hasta que noto que a los pies de la mujer se encontraba el tazón de comida de Titus lleno de esa crema que ya estaba de color gris, el perro adulto ni en la cercanías. Pacería que ni las mosca se atrevían acercarse a tal alimento.

"¿Crees que es tonto?" le dijo en un susurro, ahora lo veía desde donde estaba parada.

"¿Que?"

"Que me sienta decepcionada. Quería ser por una vez una de esas típica esposas que cocinan para su maridos" notaba el sonrojo en su rostro, pero todavía su tono de voz era melancólico  "Es un estereotipo muy tonto ¿no crees?. La demonio queriendo ser normal"

Estaba nerviosa, jugaba con la manga de su camisa de vestir, era raro verla así. Lo peor era que él nunca había sido bueno en reconfortar a las personas y Raven era una de esas personas que nunca lo necesitaban, una de las cosas que más admiraba de ella era su fortaleza y madurez psicológica.

No sabia como pero ya estaba parado enfrente de ella, sitio un poco de frío recorrer su cuerpo, todavía sin nada que lo cubriera, tenia que decirle algo para hacerla sentir mejor, tal vez agradecerle por su esfuerzo.

"No necesitamos tu comida, existe la comida rápida" fue lo que termino diciendo, maldiciendose por dentro a si mismo.

"Si, pediré una pizza" no pudo decirle mas cuando la mujer ya estaba tomando el teléfono de la mesa tecleando números, dejando pasar un suspiro largo mientras de la otra linea le contestaban.

Era un idiota, le había empeorado su humor.

—————-

Pasaron ya dos dias desde su fracaso culinario y todavía no lo podía superar, ¿Acaso Damian había cometido un error en casarse con ella?, no puede si quiera alimentarlo, seguramente estaba decepcionado de ella.

Todos esos pensamientos le estaban causando una fuerte ansiedad, no quería sonar como posesiva pero el tan solo pensar que Damian la dejara por alguien mas le causaba temor.

"Maldición" mascullo por debajo de su aliento. Se dispuso a terminar de llenar el reporte de su ultima misión para mantener su mente ocupada y no divagar mas.

"Raven"

El objeto de sus pensamientos se aparecía entrando por la ventana del hogar que compartían, traía puesto todavía su uniforme de Robin, significando que venia de patrullar.

"Damian, ¿Cuantas veces te he dicho que no entres así por la ventana?"

Era verdad, se lo había dicho miles de veces, alguien podía verlo con su uniforme. Como ya había pasado con la viejita chismosa que vivía en el edificio de enfrente, lo había visto pasar por la ventana un día y al siguiente ya estaba tocando su puerta para decirle que su esposa lo estaba engañando con un apuesto superhéroe. Tuvieron suerte que ella viera muchas telenovelas para llegar a esa conclusión y no en la cual descubría a Damian como dicho superhéroe.

"Toma" como siempre la ignoro, en poco tiempo ya estaba a sentado a un lado de ella en la cama entregándole un paquete blanco mientras que se quitaba su antifaz. "Abrelo"

"Si es otra bomba del Joker estás muerto chico maravilla" recordando aquella vez que accidentalmente abrió uno de los souvenir de las batallas que Damian coleccionaba igual que su padre. Cosa que no había terminado muy bien.

"Solo ábrelo mujer" se lo dijo molesto, la paciencia que tenia este hombre era demasiado corta.

Sin querer seguir haciéndolo esperar, comenzó a quitar de las esquinas la cinta adhesiva del paquete hasta desprenderla toda y suavemente desenvolver el papel blanco, que por cierto, estaba muy mal colocado, lo que envolvía era un libro.

"Es un libro de cocina" le dijo antes de que pudiera voltear el libro y descubrir el titulo. "Alfred me lo recomendó. Cuando nos casamos también te prometí siempre apoyarte, ahora con esto podemos aprender juntos a cocinar" Damian le dedico una sonrisa sincera pasándole una mano por su espalda.

Raven por fin volteo por completo el libro para leer su portada 'Manual Culinario para principiantes' era el titulo. A pesar de estar casados sabia que Damian era muy orgulloso y torpe como para confortarla, pero siempre encontraba una forma de como hacerla sentir mejor, incluso si se tardaba un tiempo. Comprendía que este regalo era su forma de agradecerle por todo esfuerzo que ella había hecho para él.

"No mas comida rápida, ni mi comida insípida" ahora sonaba angustiado, después de todo ella todavía no le contestaba. Con eso quería darle a entender que su comida horrenda no era la única razón por la cual le regalo ese libro. No la quería ofender más.

Azar, amaba a este hombre.

"Gracias" Raven le respondió, dejando que el cuerpo del hombre se relajara en alivio. Le planto un pequeño beso en su labios en forma de mostrarle que estaba contenta con su regalo.

"De nada mi esposa" 

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