En busca de la fama ( One Direction)

Capitulo 7.

De noche hubo tormenta. Aún no había comenzado cuando Harry apareció en mi casa.

-Necesitaba verte, te echaba de menos- me murmuró tierno al oído.

Yo le besé y le sonreí.

-Tengo que ir a ducharme que vengo de correr. Espérame.

Me duché y me puse un pijama de franela y unos calcetines . Volví al salón y ahí estaba mi novio, sí mi novio, mirando su móvil. Me senté a su lado en el sofá y me acurruqué contra él.

-¿Qué miras?

-Twitter.

Me levanté enfurruñada porque no me hacía caso.

-¡Existooo!-grité.

Él se rió y se puso a hacerme cosquillas.

-¡Para, para! ¡Harry, te lo suplico!

Me dio un besito y sacudió sus rizos en mi cara. Cuando paró me senté y murmure:

-Tonto...

-En realidad me amas.

-En realidad sí- y lo dije de verdad,sin fingir.

Harry dijo que ya se tenía que ir, pero llovía a mares y tronaba.

-No te vayas. No puedes salir ahora.Hay rayos, truenos y si te pasa algo... Además, me da miedo la tormenta.

Me avergüenzo de eso, pero es verdad, me aterroriza la tormenta.

-¿De verdad te da miedo, preciosa?

-Sí, tonto. Quédate conmigo.

-A mi lado no te pasará nada.

Nos abrazamos y fuimos a la cocina a beber un té. Entonces, se fue la luz y yo me abracé a Harry.

-Tranquila...

-Abrázame más fuerte, Harry.

Él lo hizo y de la mano juntos fuimos a coger unas velas. Mientras yo rebuscaba en un cajón, Harry gritó y de repente ya no estaba a mi lado.

-¿Harry?-grité yo asustada.

Entonces, el apareció detrás de mi y me asustó.

-¿Eres tonto? ¿Tienes un problema mental? Sabes que tengo miedo y que te necesito y tú vas y me asustas.

Encendí dos velas y me fui al salón. Harry estaba detrás de mí avergonzado. Yo, aunque tenía mucho miedo, le ignoré por que estaba molesta.

-Lo siento-dijo.

-Sí, sí.

Decidí irme a la cama y Harry me preguntó dónde dormía él.

-Puedes dormir conmigo, pero nada de tonterías.

-Tranquila, no te volveré a asustar.

De repente la casa se iluminó por un rayo y yo me abracé a Harry.

Fuimos a la cama y nos quedamos dormidos abrazados.

En medio de la noche, cuando la tormenta había amainado, me desperté y mire a Harry. Era tan perfecto... Toqué uno de sus rizos y susurré:

-Te quiero y estoy enamorada de ti, de verdad.

Pero él no me oyó, pues dormía plácidamente.