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¿Cuánto tiempo había pasado desde que no lo había visto? ¿once meses? ¿un año? no sé, pero realmente lo extrañaba, como no tenía idea. 

Me recosté sobre aquella cama de dos plazas, cerré mis ojos y respiré hondo, su olor había desaparecido casi por completo cosa que no me gustaba en lo absoluto. Quería agarrar su perfume y bañarme con eso pero él se lo había llamado, como lo odié en ese momento. 

¿Qué hora era? 7:12 a.m 

  — Lo necesito. 

Algo frustrado terminé por levantarme de mi lugar, acomodé la cama y me metí a la ducha, necesitaba un baño de agua fría para bajar aquella erección que se había formado dentro de mi ropa interior al pensar en aquel hombre.

Media hora después salí del baño y me dirigí hacia la habitación. Me coloqué un boxer color negro, un jean del mismo color algo rasgado, una camiseta color blanca y una chaqueta de cuerpo junto a unas zapatillas. Saqué un collar del cual colgaba un anillo, me coloqué un poco de perfume, arreglé mi cabello que ya estaba algo largo en la zona del flequillo y salí de aquella habitación. Dejé un poco de comida sobre el plato de mi mascota, cogí una manzana que había en la nevera y antes de salir de aquel departamento me arreglé una vez más frente al espejo. 

— 8:15 a.m 

Miré la hora en mi celular y solté un gran suspiro mientras recostaba mi frente sobre la ventana de aquel taxi con dirección al aeropuerto.  Pasó media hora más hasta poder llegar a mi destino, pagué aquel viaje y me bajé del auto con dirección a la entrada del lugar. El clima estaba de mi lado, agradecía el que no estuviese lloviendo.

  — 8:50 a.m 

Alcé mi mirada hacia el panel donde registraban el aterrizaje de los vuelos, noté que el suyo ya había llegado así que pronto iba a bajar. Aproveché el momento para sacar mi móvil y mandar un par de mensajes a mis padres, diciéndoles que él ya había llegado porque mi madre me dijo que le diga apenas aterrice. 

— 9:05 ¿dónde diablos está este mocoso? 

— ¡Yah! ¿Es enserio? ¿quieres empezar una pelea después de un año sin vernos, Min YoonGi? 

Volteé al instante de escuchar aquella voz y me quedé en silencio, con una sonrisa en labios al verlo. 

  — ¿No piensas abrazarme? ¿o es que no me extrañaste? porque si es así puedo regresarme, hay un vuelo que sale en media hora. 

Negué con mi cabeza y me acerqué al cuerpo ajeno, logrando abrazarlo por la cintura. Extrañaba la manera en que mis brazos encajaban perfectamente sobre aquella cintura tan formada. 

— No te vuelvas a ir por tanto tiempo, Jimin ¿me oíste? 

Sentí sus brazos rodear mi cuello y su respiración rozar mi mejilla. Mierda, lo había extrañado tanto.

— Jamás, no sé cómo sobreviví todo este tiempo sin ti.

— ¿Estás más delgado o es mi imaginación?

— Un poco, sí...

— Ven, vamos, iremos a comer algo.

— Pero quiero estar contigo,hyung.

— Iremos al departamento, ordenaremos comida y de ahí haremos el amor hasta no poder más ¿entendiste? 

No recibí respuesta alguna de mi pareja solo noté como un color carmesí inundaba sus mejillas junto a sus orejas y asentía con su cabeza mientras miraba el suelo avergonzado. Mierda ¿cómo pude sobrevivir estos doce meses sin él? 

Salimos de aquel lugar y tomamos el primer taxi que se nos cruzó. En el camino Jimin me contó sobre su viaje, los amigos que había hecho y todos los eventos en que había participado. Él se había ido el invierno del año pasado por un intercambio que logró obtener en la universidad, se había ido a Inglaterra por todo un año y yo aún me reía porque este luchaba con el idioma hasta ahora. Llegamos al departamento que compartíamos hace tres años, pagué el viaje y bajé las maletas de Jimin. Al estar ya dentro dejé estas a un lado mientras me quitaba la chaqueta y ayudaba a Jimin sacarse la suya mientras este se dedicaba acariciar al pequeño felino que le andaba reclamando en su idioma. 

Ordené la pizza y me quedé en una esquina del departamento, mirando a Jimin sonreír junto aquel pequeño animal. Recordé la primera vez que lo había visto en una clase que compartimos en la universidad, no hablamos hasta cuando Namjoon (mi amigo) tuvo que pedirle prestado unos reportes para poder copiarlos y este se enfermó al día siguiente así que yo fui el encargado de entregárselo. Fue tan raro al principio, él tan extrovertido, bullicioso mientras yo tan amargado y aburrido pero al final nuestras personalidades no eran como nosotros lo demostrábamos a los demás. Jimin también tenía su lado oscuro como cualquiera, podía ser alguien de temer cuando se enojaba y se deprimía con facilidad mientras que yo me di cuenta que terminé siendo su apoyo personal, esa persona que estaba con él cada que se sentía triste y trataba de hacer estúpideces para poder animarlo ¿quién diría? hasta mi propio hermano se asombró al respecto. 

— Hey, ven acá. 

Noté que Jimin me vio extrañado por la orden tan repentina y se levantó al pesado, dejando al felino de lado. Se acercó hasta donde yo estaba y me miró curioso. Tan solo decidí unir mis labios con los suyos en un cálido beso y rodeé su cuerpo al instante, volviéndose todo en algo posesivo. 

Hacía 365 días que no tocaba el cuerpo de Jimin y necesitaba poder recargar energías, necesitaba inspeccionar aquel cuerpo que me pertenecía, necesitaba dejar mis marcas y con cada beso recordarle cuanto lo amo.

— Definitivamente debería irme más seguido si es que eso significa que me vas a tocar tanto.

Gruñé un poco como regaño ante aquel comentario y volví a aprisionar sus labios con los propios, dejándolo imposibilitado de hablar. Ese día hicimos el amor incontables veces, podía jurar que hasta la vecina del costado nos había escuchado por los gemidos tan fuertes que daba Jimin y la verdad era que poco o nada me importaba. Por fin lo tenía ahí, entre brazos, gimiendo, sudando, llorando y pidiendo más. 

Quería dejar su olor impregnado en cada esquina de aquel departamento.

Mierda, Jimin me había vuelto dependiente de él y ¿saben qué? no me quejo.

 

9:05 a.m  {Yoonmin / Oneshot }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora