Siempre que salía a tomar el aire fresco de la noche, las estrellas le acompañaban. Casi nadie sabía de sus escapadas nocturnas, y mucho menos si era "El hombre más fuerte de la humanidad" quien lo hacía.
Cada noche engañaba a los guardias que vigilaban el cuartel, o simplemente les daba la orden de retirarse y hacer como si no le hubieran visto. Era un trabajo bastante sencillo. Siempre y cuando valorases tus partes más importantes.
Aquella noche, se fue del cuartel antes de lo habitual. Pensaba que aquella noche sería algo muy especial, pues la cuatro ojos llevaba más de una semana diciendo que pasaría no se que con las estrellas. ¿Pero a ella no le interesaban nada más que los titanes? Bueno, es científica al fin y al cabo...
Cerca del cuartel había un tramo de muralla, por donde subía sin dificultad desde un árbol cercano a ella. Nunca se separaba del equipo 3D hasta que terminase su hora de relajación máxima, donde nadie le podía molestar.
Al llegar arriba, se sorprendió, por no decir que se hubiera bajado de no ser porque Hanji se dio cuenta de su presencia.
- Vaya, ¿tú también has venido a ver las estrellas? que bonito... -estaba cruzada de piernas, agarrando sus pies para poder mirar hacía atrás sin romper su postura-
- He venido a dar un paseo, las estrellas quiera o no siempre están ahí arriba. -camino un par de pasos para alejarse de ella-
- Pues esta noche es diferente... -hizo una pausa, a lo que Levi la miró de reojo-
- ¿Diferente por qué?
- Pues porque esta noche, las estrellas caerán del cielo. Se dice que cuando las estrellas caen del cielo es porque va a pasar algo muy bueno, por eso, cuando pase yo estaré aquí. -saco de su bolsillo un pequeño blog de notas-
- Las estrellas no pueden caer del cielo, están encerradas en él.
- Pues no lo estarán mucho cuando pueden liberarse. Ellas también luchan por su libertad... -miró al cielo mientras sonreía-
Levi miró al cielo también. En verdad, solo tenía un poco de envidia hacia las estrellas, ya que ellas si eran libres. La escusa de que estaban encerradas en algo llamado "cielo" era solo para distraer a Hanji. No le convenía hacer que esa mujer supiese más de la cuenta de sus sentimientos.
-¿Qué hora es enano? -preguntó sin desviar su mirada del cielo-
- Y yo que se. ¿Tengo cara de ser una rata de biblioteca como tú?
- Jajaja! -se rió escandalosamente- ¡Más bien soy una "Cuatro ojos desquiciada loca amante de los titanes".
- Que nombre más absurdo.
- Es el nombre que me pusiste tú. -lo miró sonriente-
- Pues te lo cambio, a partir de ahora seras "Rata de biblioteca"
- ¡A mi me gustaba más el otro! -hizo pucheros-
- Pues te quedaras con este... ¡Ah, ya basta solo quiero relajarme! ¿Por qué tenías que estar TÚ aquí?
- Pues porque quiero ver como se caen las estrellas, ¿que no te lo he dicho ya?
- Si, si, ahora cállate y déjame dormir... -se tumbó en la fría roca de la muralla. Se sentía muy bien en aquella noche de verano-
- Enano tonto, prefieres dormir a ver un fenómeno extraordinario... -se cruzó de brazos-
- Preferiría que te callases de una vez antes que dormir... -gruñó entre dientes-
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Cuando caigan las estrellas
RomanceÉl solía salir a tomar el aire fresco a lo alto de las murallas, pero un día se encontró con un visitante que le haría una peculiar compañía.