MAS ALLÁ

SORPRESA

Después de prepararse para ir a la escuela se despidió de su mamá y salió de su casa.
  Sin embargo cuando paso enfrente de un lote baldío sintió un terrible escalofrío por todo su cuerpo. Era como si alguien lo estuviera vigilando más allá de aquel tupido monte. Decidió seguir su camino y olvidar aquella extraña sensación.
  Cuando llegó a la escuela se sintió más tranquilo. Lo estaba esperando en el salón Itzel, una linda chica a la que Hector consideraba como su única amiga. La mayoría de sus compañeros no solía hablarle por considerarlo aburrido.
- Hoy traje una hamburguesa y unas papas -le dijo Itzel- ¿Qué tal si lo comemos juntos en el receso cerca de la barda?.
  Cuando voltio para contestarle recordó el día que se habían vuelto amigos.
   Él , un chico callado y acorralado  entre 4 compañeros y ella que llegó y lo defendió sin temor a que le hicieran algo. Y fue así como desde aquel día se había convertido en su amiga.
- Suena genial - Contestó Hector.
  El timbre sonó y todos entraron.
- Vaya ,¿cuándo será el día en que no tenga que ver la sucias cara del rarito? Hoy no tenía ganas de verlo- dijo un chico alto de nombre Liam, un tipo que se encargaba de hacerle la visa imposible al pequeño Hector. 
- Cierra el pico y deja de molestarlo- dijo furiosa Itzel.
- Tal parece que el "raro" siempre debe esconderse bajo las faldas de su novia- Contestó con aquella sonrisita de superioridad.
-¡ Cállate!
- No caigas en provocaciones Itzel . Déjalo.  Debemos ignorarlo -le dijo tomándola suavemente de la mano para que se sentará. 
  Pero cuando Itzel le iba a contestar entró la maestra para iniciar las clases.  Fue así como Liam los dejó en paz o eso era lo que creía...
Cuando salieron al receso se sentaron cerca de la barda para desayunar. Aunque Hector no estaba seguro sentía que debía decirle a su amiga sobre aquel secreto que tenía. Sabía que podía confiar en ella pero sentía el miedo de ser rechazado y que la persona que tanto quería lo dejara. Tenía miedo a estar solo de nuevo como lo había pasado toda la vida.
- Me duele un poco el estómago- dijo Itzel.
- Deberías ir a orientación.
-Mmmmm no, no creo que sea grave. Me sentiré bien- le contestó con aquella bonita sonrisa que tenía.
  En ese momento Hector se debatía entre decirle o no decirle. Pero ya había tomado una decisión.
- Debo confesarte algo.
- ¿Qué pasa?- Itzel se encontraba sorprendida. Se había sonrojado un poco.
Fue así como Hector inició a contar sobre esa extraña experiencia que sufría,  como desde los 10 años vio su primer fantasma y todo lo que le pasaba. Mientras él hablaba el rostro de la chica mostraba curiosidad, temor y confusión.
  Cuando terminó de hablar hubo un silencio incómodo.
-Mmmmm,  no sé qué decir.. esto es tan extraño,  tan raro y fascinante .... creo que iré a la enfermería.
- Te acompaño
- No te preocupes , iré sola. Nos vemos mañana.- dijo y se alejó de él.
Hector sintió que no debió de decirlo. No quería perder a la única amiga que tenía.